sábado, 19 de julio de 2014

MÁS SOBRE EL PAPA Y LA MANTILLA DE LA REINA LETIZIA


Después de publicar el artículo que titulé “De velos y de mantillas: De una visita al Sultán de Marruecos y otra al papa de Roma”, aún me quedé deseoso de analizar mejor el tema, para brindar a Vds. una información tan precisa como la que merecen y con la que formar su opinión más acertadamente. Un deseo en el que me afianzó una sagaz comentarista que firmaba María Teresa Angulo García, la cual dejaba en el casillero del artículo este comentario:

“Es una audiencia. Parece ser que no llevó mantilla por tratarse de una audiencia y no de una ceremonia”.

Pues bien, precisamente eso, averiguar hasta qué punto el hecho de mediar una ceremonia religiosa marca la etiqueta a seguir por lo que se refiere a la indumentaria de las reinas españolas ante los papas y transmitírselo a Uds. es lo que me propongo hacer hoy.

Don Juan Carlos y Doña Sofía han tenido la ocasión de ser recibidos por seis papas diferentes a lo largo de su vida. El primero fue Juan XXIII, antes incluso de ser coronados, y luego, una vez reyes, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. Todo ello amén de las ceremonias religiosas de entronización, funerales y, por supuesto, las ocasiones en las que por el contrario, son los reyes los que han acogido en España a los distintos papas.

La primera visita al Papa en su calidad de reyes la realizan Juan Carlos y Sofía a Pablo VI, y tiene lugar entre el 10 de febrero de 1977. La Vanguardia nos ofrece un detallado informe sobre el meticulosísimo protocolo articulado para la visita, del que extraigo, sólo a modo de ejemplo, este párrafo:

 “Juntamente con el asistente al solio, los Reyes se encaminarán hacia la biblioteca privada del Papa para la conversación privada después de la cual entrarán las personalidades del séquito que Sus Majestades presentarán a Su Santidad. A continuación el Papa y el Rey pronunciarán los discursos y procederán al intercambio de regalos. El Papa acompañará luego a los Reyes hasta el umbral de la biblioteca y se formará de nuevo el cortejo hasta la Sala Clementina”.

La Reina acudió con mantilla, como claramente se ve en la foto, por lo que ya tenemos un primer precedente de visita privada en la que la Reina viste mantilla.

El 3 de septiembre de 1978 vendría una nueva visita papal, ésta con motivo de la entronización de Juan Pablo I. Una vez más vemos a la reina con mantilla, si bien esta vez mediaba una ceremonia religiosa, nada menos que una misa de entronización.

La tercera visita de los Reyes a un Papa tiene lugar el 22 de octubre, y es para una nueva entronización, la de Juan Pablo II en este caso. La Reina se presenta de nuevo con mantilla, si bien también esta vez media una ceremonia religiosa, por lo que poco aporta el precedente a nuestro análisis.

La cuarta tiene lugar el 30 de abril de 1981 y es la primera audiencia privada que concede el Papa Juan Pablo II a los Reyes de España. Informaba ABC de Sevilla:

 “El protocolo imponía el paso por la Embajada española de la Santa Sede antes de su audiencia con el Papa. Aunque la Audiencia sería privada, los Reyes de España fueron recibidos en el Cortile de San Dámaso, en el Vaticano, por la guardia suiza en uniforme de gala. El Rey vestía uniforme de gran gala y la Reina vestido largo blanco, según privilegio vaticano para las reinas católicas”.

Nada dice de la mantilla, aunque parece implícito en ese “y la Reina vestido largo blanco, según privilegio vaticano para las reinas católicas”. La foto que se adjunta entiendo corresponde a dicho encuentro. Segundo precedente, por lo tanto, de visita privada “con mantilla”.

La siguiente visita a Juan Pablo II tiene lugar el 9 de abril de 1983. Se trató de una misa privada oficiada por Juan Pablo II a las 7 de la mañana y acudieron el Rey, la Reina y sus tres hijos. Según ABC, era “la primera vez en la historia que toda una familia real participa privadamente en la misa de un papa en su capilla personal”. Nada dice la noticia sobre el atuendo, pero a los efectos que nos ocupa poco importa, pues mediando una ceremonia religiosa, no habría aportado mucho a nuestro análisis.

La tercera visita a Juan Pablo II tiene lugar el 28 de junio de 1984. De la misma dice El País:

“Acompañaban [a los reyes] las infantas Cristina y Elena, e Irene de Grecia, la hermana de la reina Sofía. Fue un encuentro casi familiar y duró 23 minutos. El Papa quiso fotografiarse con la familia real y sus acompañantes”.

ABC, de cuya magnífica hemeroteca digital nos hemos valido profusamente para escribir este artículo, nos muestra una foto del encuentro, en la que no sólo vemos a la Reina sin mantilla y de corto, sino con un inesperado traje estampado y absolutamente distendida, lo que da cuenta no sólo del relax que para entonces se ha producido ya en el protocolo vaticano, sino también de la cercanía y cordialidad que llegó a presidir la relación entre los Reyes y Juan Pablo II.

Los medios hablan de una cuarta visita en mayo de 1988, si bien no encuentro mayor información al respecto. Tan sólo que entre el 4 y el 6 el rey visitaba Italia, momento en el cual pudo tener lugar la visita. Si alguno de Vds. me puede aportar una pista es naturalmente muy bienvenida.

La quinta visita ocurre el 29 de septiembre de 1998. El Mundo la refiere así:

“En la biblioteca privada de Juan Pablo II, Don Juan Carlos y Doña Sofía mantuvieron una conversación de casi media hora con el Santo Padre, que recordó al inicio de la audiencia su primer encuentro con los Reyes al comienzo de su pontificado, hace veinte años. La entrevista del Papa con los Reyes se produjo en un ‘ambiente familiar’ […] Doña Sofía se despidió del Santo Padre realizando una marcada reverencia, en tanto que Don Juan Carlos efectuó una inclinación de cabeza como despedida”.

Una vez más, una foto de ABC nos resuelve el entuerto, y nos muestra a Doña Sofía haciendo la reverencia de rigor, esta vez aparentemente de blanco (la foto es en blanco y negro), pero de nuevo sin mantilla.

Y la sexta visita tiene lugar el día 28 de noviembre de 2000, ocasión en la cual los Reyes ganaron el jubileo. El País relataba así la visita:

“Los reyes de España, don Juan Carlos y doña Sofía, fueron recibidos ayer en audiencia privada por el papa Juan Pablo II, con el que departieron a solas durante veinte minutos para explicarle que habían acudido a Roma a ganar el jubileo. En un ambiente cordial y distendido y hablando en español, el Papa les preguntó hasta cuándo iban a estar en Roma. El Rey respondió que ‘desgraciadamente’ regresaban de inmediato, y añadió: ‘La Reina me ha dicho que tendríamos que estar aquí más días’. Doña Sofía agregó: ‘Hemos venido expresamente para ganar el jubileo y para verle’”.

Una vez más, ABC acude con su foto (en blanco y negro) en nuestro auxilio, presentándonos a un Rey que se agacha para hacer la reverencia que corresponde y a una Reina aparentemente de blanco, pero también, una vez más, sin mantilla.

En la única audiencia privada que Benedicto XVI ha ofrecido a los Reyes de España el 5 de septiembre de 2005, la Reina acudió de blanco -por cierto, un blanco amarfilado-, como de costumbre ya, pero sin mantilla. Una etiqueta similar a la que sigue en la vista realizada el pasado día 28 de abril al Papa Francisco.

Dicho todo lo cual, no puedo sino ratificarme en mi deseo personal de que la Reina Letizia hubiera acudido a su primera audiencia privada ante el Papa de traje largo y mantilla, cosa que no habría sido imposible dado el antecedente que marcan las visitas de los Reyes a Pablo VI el 10 de febrero de 1977 y a Juan Pablo II de 30 de abril de 1981.

Ahora bien, no puedo sino ratificar también que cuando de visitar al Papa se trata, nada se le puede reprochar a la reina española sobre su atuendo, perfectamente acorde con lo que el protocolo vaticano viene marcando desde hace varias décadas ya.

No quiero dejarles, para terminar, sin dejarles esta preciosa fotografía de la entonces Princesa Letizia cumplimentando al Papa Juan Pablo II a la vuelta de su luna de miel con una magnífica mantilla, en este caso negra, que demuestra por lo menos dos cosas: primero, que el privilegio del blanco (pinche aquí si desea conocerlo todo sobre este asunto) alcanza a la Reina de España, pero ni siquiera a la Princesa de Asturias; y segundo, lo guapas que pueden estar las reinas -en este caso las princesas- españolas cuando se ponen una mantilla.

Y como siempre, que hagan Uds. mucho bien y que no reciban menos.

Dedicado a mi hermano Alejandro.

Luis Antequera

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