"Y llegó a su propia
tierra, donde comenzó a enseñar en la sinagoga del lugar. La gente, admirada,
decía:
– ¿De dónde ha sacado este todo
lo que sabe? ¿Cómo puede hacer tales milagros? ¿No es este el hijo del
carpintero? Y su madre, ¿no es María? ¿No son sus hermanos Santiago, José,
Simón y Judas, y no viven sus hermanas también aquí, entre nosotros? ¿De dónde
ha sacado todo esto?
Y no quisieron hacerle caso. Por
eso, Jesús les dijo:
– En todas partes se honra a un
profeta, menos en su propia tierra y en su propia casa.
Y no hizo allí muchos milagros,
porque aquella gente no creía en él."
En la fiesta del Día del Trabajo,
la Iglesia ha colocado la festividad de San José Obrero. El evangelio de hoy
nos presenta a Jesús en su propia tierra y nos señala su origen humilde. Él
podría haber nacido en una familia, si no real, por lo menos sacerdotal o en
las principales familias de Jerusalén. Sin embargo nace hijo de un carpintero y
vive en un pequeño pueblo de Galilea, Nazaret. Sus conciudadanos se admiran de
su sabiduría, pero lo desprecian y no creen en Él. Por eso Jesús dice que se
honra a los profetas en todo lugar menos en su tierra, en su casa.
Lo mismo hacemos nosotros con las
personas que conocemos. Nos fijamos en sus defectos, en sus orígenes, en su
familia y no damos importancia a lo que hacen.
Son dos enseñanzas que podemos
sacar de este evangelio:
- La vida del cristiano debe ser
una vida sencilla, como fue la de Jesús. Una vida entregada a los demás, al
trabajo y al servicio. Ser del pueblo, como Él fue del pueblo.
- Debemos valorar a las personas
que nos rodean. A nuestros familiares, a los que trabajan con nosotros, a
nuestros amigos. Todos tienen algo que enseñarnos. Podemos aprender de todo el
mundo.
Enviat per Joan Josep Tamburini
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