Lo primero que debemos definir al hablar del desprendimiento emocional, son
los términos "atadura emocional" o codependencia
Autor: Dra. María Gómez | Fuente: Vida Humana.org |
Decimos que existe atadura
emocional cuando una persona se encuentra aferrada emocionalmente a cosas
negativas o patológicas de alguien que lo rodea; sea esposo, hijo, pariente
sanguíneo o político, compañero de trabajo, etc. Esta codependencia se manifiesta
de dos maneras especialmente: un entrometimiento en las cosas ajenas que no
le conciernen y, también, asumiendo las responsabilidades del otro individuo,
lo que propicia un comportamiento irresponsable de su parte.
Una de las primeras cosas que uno tiene que hacer cuando se va a curar de la codependencia es empezar el proceso del desprendimiento emocional. No se trata de distanciamiento físico, aunque en los casos de violencia extrema, hay que recurrir a él. Sino, más bien, de no aceptar conductas inadecuadas como: adicción a las drogas, agresividad extrema, actos de rebeldía y maltratos. Es muy doloroso cuando uno tiene que aconsejar a un padre el desprendimiento emocional de un hijo, y que este lo confunda con desamor, desinterés o ignorancia del problema. La mayoría de las veces, los padres reaccionan mal porque piensan que se les está indicando que dejen a un lado el dolor que la situación les produce. ¡No se trata de eso! Ningún terapeuta puede quitar el dolor a nadie; pero sí le puede quitar la necesidad obsesiva de intervenir, o de pretender tomar el control de una situación que se le ha salido de las manos. Las personas que están atadas emocionalmente a alguien se sienten responsables por cada una de las cosas que hagan o dejen de hacer los otros. Y piensan que pueden tener el control o pueden evitar que esa persona llegue a actos de irresponsabilidad como por ejemplo: drogarse o conducir en estado de ebriedad. El codependiente, entonces, se vuelve protector. Está siempre tratando de averiguar que pasará, dónde estará, con quien estará, que estará haciendo. Y deja de vivir su vida para vivir en función del otro. Esto afecta su entorno, sus relaciones sociales, familiares y laborales y, hasta su salud. Es un comportamiento patológico. Es una enfermedad. Entrar en el proceso de desprendimiento emocional es indispensable para mejorar la autoestima de cualquier paciente, pero es necesario también, que esa disposición nazca de sí mismo. ¿Por qué? Porque ninguna persona puede empezar a trabajar autoestima, ni puede cuidarse, ni menos quererse, si primero no hace un distanciamiento de la persona que la está agrediendo. Y por mucho que se preocupe, por mucho que sufra, no va a lograr nada. No hay madre o padre que por medio de amenazas, lloros o ruegos, logre que su hijo deje su adicción a las drogas o las malas compañías. Por eso hay que aprender a desprenderse totalmente. Una de las primeras cosas para empezar un desprendimiento emocional es tener conciencia de que uno está atado emocionalmente a alguien. Desprenderse emocionalmente es no entrar en el juego, no prestarse para ser abusado, ni de palabra, ni de obra. Si usted ya conoce el problema, no se exponga, corte por lo sano. En muchos casos la solución está en la oración. Dejar que Dios haga su obra. Él siempre tiene armas más eficaces que nuestras pobres fuerzas. Nosotros tenemos que hacer nuestra parte y, muchas veces, nuestra parte es no hacer nada. O hacerlo de una manera positiva, diferente. Cambiar la estrategia: Mira fulano, ¿sabes qué? He asumido otra postura en mi vida. De ahora en adelante, no te voy a admitir ningún maltrato ni grosería. Te quiero muchísimo y estoy dispuesta a ayudarte en todo cuanto esté a mi alcance, pero no soportaré por más tiempo tu mala conducta. Tú sabes que necesitas una terapia, así que cuanto antes, mejor. Eso es desprendimiento. No hay lamentos, no hay reproches, no hay imposiciones. Das una solución pero al mismo tiempo, tomas distancia del problema. Desprendimiento no es falta de amor. Desprendimiento es: ya no puedo con esta situación, ya no tengo ningún control sobre ese hijo, sobre ese marido, sobre ese problema. Por más que he tratado de ayudarlo no he podido. Cuando no se pueden cambiar las cosas que suceden a su alrededor, es más sano empezar a mirarlas de otra forma. Al cambiar la percepción de las cosas, logrará que ellas no lo maltraten y sacará provecho de ellas. Eso es crecimiento. Es el momento de empezar a trabajar con uno mismo y la única forma de lograr el cambio de los demás. Un cambio de actitud hace que las personas que nos rodean se movilicen hacia un cambio también, para tratar de amoldarse a la nueva situación. Esto es sano. Si continúa atado emocionalmente, su vida se desbarata, porque tiende a vivirla desde la anormalidad del otro. Eso es precisamente codependencia. Y el tratamiento es el desprendimiento emocional. Los pasos para ese desprendimiento son: 1) Tomar conciencia del problema. Es darse cuenta de que está atada emocionalmente. ¿De qué manera me doy cuenta? Cuando el problema me envuelve todo el día y no dejo de pensar en él, cuando estoy siempre buscando la forma de resolverlo. Es decir, cuando mi mente, mi cuerpo, mi energía, están en función de una situación que atañe a otra persona, y no lo puedo evitar. Estoy viviendo en función de otra persona, y esto es desgastante, negativo, improductivo. 2) La determinación de una recuperación. Voy a recuperarme, cueste lo que cueste. Así tenga que curarme del amor, o del desamor. 3) Buscar ayuda. Espiritual y terapéutica. Porque, toda persona que se enrede en una atadura no está bien psicológicamente, y mucho menos lo está, quien se deja enredar. O sea que en este paseo hay dos enfermos: el que enreda y el que se deja enredar. Aunque busque ayuda terapéutica, sin ayuda espiritual nadie puede lograr el desprendimiento emocional. Porque, los que son padres, saben cuan doloroso resulta separarse de un esposo y hacer el desprendimiento emocional correspondiente, cuanto más con un hijo. Resulta desgarrador. Dios es el Único que puede ayudar a pasar ese dolor. Al terapeuta se va una vez. Dios, en cambio, permanece siempre con nosotros, día y noche. Solo Él puede ayudar a desprenderse y sana la herida producida por el maltrato. Recuerde: no hay amores genuinos hasta que no exista un amor propio verdaderamente sano. Si no nos amamos a nosotros mismos, no podemos amar a nadie y todo lo que demos a los demás será dañino, neurótico; solo servirá para ayudar a crecer la anormalidad de la otra persona. El desprendimiento no se da de un día para otro, tarda mucho. Pero poco a poco se va logrando. No gaste su vida en cosas ajenas que no puede resolver, o que no le corresponde hacerlo. Esto no es falta de caridad. Mejor dicho, sí es falta de caridad (amor) con usted misma. !Buena! Usted que se pasó el día y la noche, y tal vez la vida entera, ayudando inadecuadamente a una persona. Esto significa que a la primera persona que usted tiene que ayudar adecuadamente, es a usted mismo, o a alguien que esté atado emocionalmente. Porque la persona codependiente, o la persona controladora, o la persona salvadora, tiende a actuar así con todo el mundo, y nunca deja un espacio para ella. Para cuidarse, para respetarse, para tenerse en cuenta, para decir no. Siempre tiende a subirse en el tren de cualquiera que esté mal. Esto demuestra su baja autoestima. El remedio está, pues, en valorarse y en aceptar que por mucho que usted haga, no puede evitar el comportamiento inadecuado de la otra persona. Solo esa persona puede hacerlo y, casi siempre, dispone de los medios necesarios. Solo tiene que buscarlos. Solo tiene que querer hacerlo. PREGUNTA DEL PÚBLICO A una pregunta de una madre angustiada por el comportamiento rebelde de su hijo de doce años, que fue abusado por su padre desde muy pequeño con golpes y gritos, la doctora responde: La agresividad, solo genera más agresividad. "Recuerden que, en los hogares disfuncionales donde ha habido mucha agresividad, la reacción "normal" de ese niño, pasado por patrones inadecuados, es de agresividad. Y la única terapia para eso es el amor. Con amor se consigue todo. Un adulto puede poner freno al daño que le están causando, un niño no. Si el niño solo recibe ofensas y maltratos, eso es lo que aprende; él no tiene filtro, no tiene defensa. Si encima, al comenzar a actuar como le enseñaron, los padres y maestros lo acusan constantemente por su mal comportamiento, lo único que van a generar en él es una mayor rebeldía. Él no puede entender por qué razón no puede actuar como lo hicieron sus padres. Hay muchos niños abusados mal diagnosticados como Attention Deficient Disorder, y tomando Ritalin, porque para padres y terapeutas resulta mucho más fácil ponerle ese rotulo al niño, que sentar a los padres en el banquillo de los acusados y buscar la causa del problema. La solución a estos problemas de abuso es buscar ayuda. Con el sacerdote, con el terapeuta, con los distintos grupos donde le den apertura y se permeabilicen para cambios. Para preguntarse: si estoy involucrado en esto, estoy sometido a una atadura emocional. ¿Quiero seguir ahí? O...!Quiero cambiar! Nota: Este es el resumen de la charla que dio la Dra. Gómez en una iglesia en Miami, Florida, EE.UU. Se reproduce con su autorización. La Dra. es psiquiatra, psicoterapeuta y experta en violencia doméstica y codependencia. |
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