Semaan Atallah, obispo cristiano maronita
de la capital libanesa, Beirut, pudo escapar el sábado 22 de marzo de 2014 por
la noche de un intento de secuestro por parte de islamistas que lo persiguieron
con dos vehículos Toyota FJ Cruisier. El conductor del obispo aceleró hasta
llegar a un puesto de control militar en la entrada de la ciudad de Deir
al-Ahmar de Shlifa, lo que llevó a los atacantes a retirarse a través de un
camino secundario. Los cristianos de Deir al-Ahmar tocaron las campanas de sus
iglesias como señal de protesta por el intento de secuestro. [1]
Una patrulla de la policía sueca
llevaba a cabo una investigación sobre tráfico de droga y tiroteos entre
pandillas en Bergsjön, barrio de Göteborg, Suecia, distrito dominado por
inmigrantes musulmanes. Los pandilleros musulmanes golpearon y humillaron a los
policías. [2]
El domingo 23 de marzo de 2014
islamistas se acercaron a una iglesia de Likoni, cerca de la ciudad portuaria
de Mombasa, Kenia. Los islamistas irrumpieron durante el servicio religioso en
la iglesia Joy Jesus y dispararon indiscriminadamente contra la congregación de
fieles cristianos. Murieron cuatro cristianos, 17 resultaron heridos.[3]
Lo que tienen en común el obispo
asiático, los policías europeos y los ciudadanos africanos es que todos ellos
son cristianos y como tales han sido víctimas de ataques islámicos, con
resultado de muerte para los últimos.
¿Quién en su sano juicio puede
creer que estos ataques islámicos cesarán?
NOTAS
[3] http://gulfnews.com/news/world/other-world/gunmen-kill-four-in-attack-on-kenyan-church-1.1307715
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