- Hoy, María Santísima, es domingo de Pascua… el sol brilla de una manera especial en este día, en realidad, en ningún día del año brilla como hoy… al menos así lo siente mi alma…. Hoy iré a misa con mis niñas de catequesis, cantaremos alabanzas a tu Hijo, las mayorcitas le recibirán en la Comunión, las más pequeñitas las acompañarán tomadas de sus manos, para que tu Hijo también se quede en sus almitas puras… Hoy es un día feliz, hasta tendremos fiesta de Pascua….
- Pues me
alegras el alma,…. Esto me recuerda mi primera fiesta de Pascua de
Resurrección…
- CUÉNTAME, SEÑORA…
- Verás,
era el tercer día después de la muerte de mi Hijo, María Magdalena y las demás
mujeres me pasaron a buscar para ir al sepulcro antes del amanecer… llevaban
perfumes y estaban muy tristes… yo, en el fondo de mi alma, sentía una profunda
paz, recordaba las palabras de mi Hijo… no sabía exactamente qué sucedería,
pero tenía la certeza de que Algo iba a cambiar la historia…
- ¿NO LES COMENTASTE NADA A ELLAS?
- No,
existen caminos que cada uno debe recorrer por sí mismo… ellas lo entenderían
cuando Jesús dispusiera que así debía ser… Al llegar al sepulcro el corazón me
dio un salto, pues la piedra de la entrada estaba corrida… Entraron ellas al
recinto y me dijeron estaba vacío, yo quedé fuera… no necesitaba más
explicaciones, podía sentir la presencia de mi Hijo, mas no le veía… Me alejé
unos pasos… cuando volví al lugar donde estaba María Magdalena allí le vi, con
ella… pero no quise acercarme… Jesús la consolaba, le pedía que avisara a sus
Apóstoles… ella… tenía el rostro radiante… hizo lo que Él le pedía, vino junto
a mí, nos miramos, ella me tomó las manos y, junto a las demás, nos fuimos
rápidamente a la casa donde estaban los hombres… yo, a veces, giraba mi rostro,
esperando verle, mas ya había partido…
- SEÑORA ¿POR QUÉ NO A TI? QUIERO
DECIR, PORQUÉ NO TE VISITÓ ESPECIALMENTE A TI, QUE ERAS SU MADRE…
- Porque,
amiga, mi Jesús conocía mi corazón, sabía que yo le esperaba, en cambio, los
Apóstoles y las demás mujeres estaban desesperados, la Iglesia primitiva estaba
sumida en la más profunda tristeza, su Esposa, la Iglesia, le necesitaba
imperiosamente, por ello, hija, es que el buen Esposo corrió a consolarla, el
Esposo sería ahora, más que nunca, Camino Verdad y Vida… pero no te preocupes,
nos encontramos Jesús y yo…
- ¿CUÁNDO?
- Cuando
Él se presentó en la casa mientras las puertas estaban cerradas… unos segundos
antes de que entrara percibí un intenso perfume, exquisito, desconocido, un
perfume de eternidad… mi corazón latía fuerte… Estaba cocinando, escuché
entonces la voz conocida, la voz amada : “La paz esté con ustedes”… había
llegado, el Hijo, el Mesías, el Cristo… me acerqué… escuche todas y cada una de
sus palabras… los hombres estaban tan admirados que no cabían en sí… yo tenía
muchas ganas de abrazarle… Antes de salir se volvió hacia mí… me miró con todo
el amor a que me tenía acostumbrada… fue una mirada intensa, profunda, que
valió más que mil palabras… sus ojos parecían repetir…”Mujer, aquí tienes a tus
hijos”…. le vi partir, había ángeles con
él, por un momento me pareció ver el rostro de Aquel que me lo había anunciado…
- ¿Y LUEGO?
- Luego…
luego era el comienzo de la Misión de la Iglesia, el primer instante…”Vayan por
todo el mundo y anuncien la Buena Noticia a toda la Creación”… la casa era un
estallido de alegría, los hombres se abrazaban, unos lloraban, otros cantaban…
algunos, terminaban pidiendo silencio por temor a los soldados… luego, Pedro,
pidió calma y les dijo… ”Hermanos, nuestras Pascuas serán, de aquí en mas,
Pascuas de Resurrección, el paso de la muerte a la vida… de nosotros, de cada
uno de nosotros, depende que este día no sea olvidado, que el significado de
este día sea, para todos los pueblos, signo de esperanza, motivo de fe, fuerza
en las pruebas… de nosotros depende … Jesús nos acompañará hasta el fin de los
tiempos, pero es nuestra responsabilidad sostenernos unos a otros en el dolor,
consolarnos en las tribulaciones, alentarnos en las pruebas que nos esperan, en
resumen, ser Uno… que cuando el mundo nos vea, nos reconozca por el Amor, que
puedan decir, por nuestra actitud "son seguidores de Cristo… son
Cristianos…"
- CRISTIANOS… LA PRIMERA VEZ QUE
SE PRONUNCIABA ¿VERDAD, SEÑORA?
Así es,
amiga, el corazón y el alma de todos se estremeció al oír la dimensión de esta
palabra… Cristianos… Cristianos… quedaba ahora el esperar a la venida del
Espíritu Santo… como Jesús mismo lo había prometido… pero esta era otra clase
de espera… Comimos todos con inmensa alegría… y alguno de ellos dijo “Felices
Pascuas, Amigos” y todos se saludaron… sí, Felices Pascuas amiga mía, Felices
Pascuas para todos, también Felices Pascuas para ti, que has leído estas
líneas, recibe de esta madre un abrazo grande, apretado, intenso y todo mi
amor, hijo de mi alma….todo mi amor en cada instante de tu vida, no dudes, hijo
querido, en buscarme en tu tristeza, en tu alegría, en tu dolor, porque, en
toda circunstancia, soy tu madre…
María
Susana
NOTA:
"Estos
relatos sobre María Santísima han nacido en mi corazón y en mi imaginación por
el amor que siento por ella, basados en lo que he leído. Pero no debe pensarse
que estos relatos sean consecuencia de revelaciones o visiones o nada que se le
parezca. El mismo relato habla de "Cerrar los ojos y verla" o
expresiones parecidas que aluden exclusivamente a la imaginación de la autora,
sin intervención sobrenatural alguna."
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