En las
relaciones entre el hombre y la mujer nunca estará todo, dicho ni siquiera se
llegara a términos de acuerdo en muchas de las cuestiones estudiadas.
Hay que tener en cuenta que el ser humano tiene una riqueza inmensa. Así, nunca se llegara a un acuerdo de quien entrega más en una relación sexual y, por tanto, quien es el que pierde más cuando esa relación es puramente corporal. Es decir, cuerpo a cuerpo, y no persona a persona. Pero se pueden hacer aproximaciones o, por lo menos, intentarlo.
Tradicionalmente, se ha tenido la sensación, de que quien más entrega es la mujer.
Yo, rotundamente creo que es así. La mujer, es más concéntrica que el hombre. Parece que su mente está más cerca de su cuerpo de lo que está en el hombre.
Se juega más en la relación que el hombre, y en condiciones normales, salvo enfermedad psíquica o cosas que se salen de la normalidad, la mujer tiene la sensación de que ella se entrega. “Te voy a dar lo mejor de mi misma” se lee en novelas y películas de amor.
Ahora, quizás se oiga menos, porque hay menos películas de este tipo. No son de amor, son de sexo.
Mientras, la mujer de una forma habitual, ha tenido la sensación de que ella se entrega, en el hombre, la sensación, que tradicionalmente nos han mostrado, es la de ir a coger algo que le pertenece al otro.
Si tenemos en cuenta que el ser humano, antropológicamente, es igual que siempre.
Es decir, cuando vemos un ordenador fabuloso, un cohete maravilloso o un coche modernísimo, y pensamos ¡Que modernidad! Los modernos son esos aparatos. La persona que los maneja, es como siempre ha sido el hombre, con los mismos deseos, instintos, tendencias….
Lo demás, es engañarse.
Por tanto, como queda dicho, el funcionamiento del hombre ha sido siempre, básicamente, igual.
Si ahora alguien nos quiere hacer ver que el hombre en cuanto tal ha cambiado. Una de dos, o está equivocado, o nos quiere manipular. Está pasando mucho últimamente.
Se nos quiere hacer ver que las cosas son distintas, que el hombre y la mujer sienten de forma diferente a como lo han hecho en otros momentos de la historia. Que tienen deseos básicos distintos…….,
Todo eso es un error que están pagando, muchos hombres y mujeres de nuestro tiempo, a los cuales se les ha convencido que en el terreno de la sexualidad la persona no es como ha sido siempre.
La mujer, sentidos, fundamentalmente el oído, corazón y cuerpo. Cuando entrega el cuerpo ya ha entregado el corazón.
El hombre, sentidos, fundamentalmente la vista, cuerpo y corazón. Puede entregarse sin entregar el corazón.
Ese pago está siendo cobrado en el terreno del amor. Cuando uno desprecia o no da importancia a lo íntimo, el coste es no ser querido. ¡Y es que las cosas son como son!
Hay que tener en cuenta que el ser humano tiene una riqueza inmensa. Así, nunca se llegara a un acuerdo de quien entrega más en una relación sexual y, por tanto, quien es el que pierde más cuando esa relación es puramente corporal. Es decir, cuerpo a cuerpo, y no persona a persona. Pero se pueden hacer aproximaciones o, por lo menos, intentarlo.
Tradicionalmente, se ha tenido la sensación, de que quien más entrega es la mujer.
Yo, rotundamente creo que es así. La mujer, es más concéntrica que el hombre. Parece que su mente está más cerca de su cuerpo de lo que está en el hombre.
Se juega más en la relación que el hombre, y en condiciones normales, salvo enfermedad psíquica o cosas que se salen de la normalidad, la mujer tiene la sensación de que ella se entrega. “Te voy a dar lo mejor de mi misma” se lee en novelas y películas de amor.
Ahora, quizás se oiga menos, porque hay menos películas de este tipo. No son de amor, son de sexo.
Mientras, la mujer de una forma habitual, ha tenido la sensación de que ella se entrega, en el hombre, la sensación, que tradicionalmente nos han mostrado, es la de ir a coger algo que le pertenece al otro.
Si tenemos en cuenta que el ser humano, antropológicamente, es igual que siempre.
Es decir, cuando vemos un ordenador fabuloso, un cohete maravilloso o un coche modernísimo, y pensamos ¡Que modernidad! Los modernos son esos aparatos. La persona que los maneja, es como siempre ha sido el hombre, con los mismos deseos, instintos, tendencias….
Lo demás, es engañarse.
Por tanto, como queda dicho, el funcionamiento del hombre ha sido siempre, básicamente, igual.
Si ahora alguien nos quiere hacer ver que el hombre en cuanto tal ha cambiado. Una de dos, o está equivocado, o nos quiere manipular. Está pasando mucho últimamente.
Se nos quiere hacer ver que las cosas son distintas, que el hombre y la mujer sienten de forma diferente a como lo han hecho en otros momentos de la historia. Que tienen deseos básicos distintos…….,
Todo eso es un error que están pagando, muchos hombres y mujeres de nuestro tiempo, a los cuales se les ha convencido que en el terreno de la sexualidad la persona no es como ha sido siempre.
La mujer, sentidos, fundamentalmente el oído, corazón y cuerpo. Cuando entrega el cuerpo ya ha entregado el corazón.
El hombre, sentidos, fundamentalmente la vista, cuerpo y corazón. Puede entregarse sin entregar el corazón.
Ese pago está siendo cobrado en el terreno del amor. Cuando uno desprecia o no da importancia a lo íntimo, el coste es no ser querido. ¡Y es que las cosas son como son!
José María Contreras
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