Se me mostró un insecto que había
caído al agua en un riachuelo. El pobre se debatía para no hundirse en la
corriente. Cuando todo hacía creer que no se salvaría, una pequeña hoja llegó a
su lado, arrastrada por la corriente, y, el insecto, pudo encaramarse a ella y
salvarse. Y escuché estas palabras:
- No te desesperes ante el peligro. Sólo cuando
estamos perdidos podemos aprender algo sobre Dios. Entonces descubrimos su
sencillez. Que se nos presente como una simple hoja.
Enviat perJoan Josep Tamburini
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