Una de las preguntas que distintas personas me hacen cada año es si el
Anticristo es tal o cual personaje actual. Hay que dejar claro que el
Anticristo no es una figura menor.
Para empezar, al Anticristo se le permitió hacer guerra contra los santos y vencerlos. Por otros
versículos sabemos que su persecución provoca la muerte de miles de cristianos.
El Apocalipsis afirma con claridad de él que se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo y nación. Es decir,
tiene un poder de ámbito mundial.
Se da un signo para reconocer su época y que hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos,
se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno
pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la
bestia, o el número de su nombre. Eso es un signo muy concreto, obliga a
tener una marca en esas partes del cuerpo.
Por último hace grandes señales,
de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los
hombres.
O sea, es un personaje con poder político mundial, que promueve una
persecución en la que literalmente se asesina a los cristianos, ordena que se
marque a la gente en la mano o la frente. Y, por último, realiza señales
portentosas de tipo preternatural.
Yo no veo a nadie, en nuestra generación, en el que confluyan estos
signos. El día en el que el Anticristo se manifieste, los signos bíblicos se
cumplirán en él. No sabemos cuándo vendrá el Anticristo. Pero desde luego no es
ningún personaje político actual. Y si lo es, todavía no se ha manifestado.
Lo mismo vale para el resto de
señales que anuncian el Apocalipsis. Ahora no se dan esos signos. No puedo
afirmar cuando será el tiempo de los siete sellos (nadie sabe el día ni la
hora), pero, desde luego, todavía no se dan esos signos.
P.
FORTEA
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