Actualmente, con la confusión que existe, se están cometiendo muchos errores a la hora de educar a los hijos, en todos los campos, y en el de la sexualidad, como no podía ser menos, también.
Las consecuencias están a simple vista y no creo necesario incidir en ello. Por supuesto, con esto no digo que sea con culpabilidad, nadie quiere el mal para sus hijos.
Hay padres que creen que hay que mostrar a los hijos la sexualidad de una manera más o menos descarnada, porqué sino va a parecer que están en una burbuja y eso, antes o después, les va a resultar dañino.
Ese pensamiento es una ingenuidad grande por parte de los padres. ¿De verdad hay quien cree que se puede estar en una burbuja en el mundo en que vivimos?
Como consecuencia de esa forma de pensar, es mejor que los hijos lo vean todo y así luego lo que vean les llamará menos la atención y les hará menos daño.
Esta forma de proceder es un error por lo menos por dos razones.
La primera es que las hormonas no entienden de acostumbramiento y cuando venga el despertar de la adolescencia quizá sea más fuerte, porque las imágenes que tienen en la cabeza son muchas y variadas. Por ese razonamiento se podría decir que es mejor darle alcohol a los hijos, desde pequeños, porque cuando les llegue la hora de salir con sus amigos, estarán acostumbrados y el alcohol les hará menos efecto. ¿Y crees que si están acostumbrados a beber se van a conformar con una cantidad moderada de alcohol? Igual va a suceder con el sexo. Precisamente como han visto mucho, necesitaran más. ¿Se entiende?
Otra razón, la segunda en este caso, sería que el sexo llama al sexo, es decir, que nadie se conforma con lo que ya sabe o con lo que ha visto, siempre quiere uno saber más, experimentar más. El sexo genera adicción.
Ya hay mucha gente, por esa razón, que está con problemas para desengancharse del sexo.
Por tanto, no seamos ingenuos, eduquemos a nuestros hijos en la sobriedad, esto si que es importante. Que vayan cortos a la hora de tener, en no darles más de lo que necesitan.
Una persona que no vive la sobriedad tiene muy difícil la adquisición de valores.
Seamos nosotros naturales, claros, sencillos con todo lo relacionado con la sexualidad y además de estar viviendo mejor nuestro matrimonio, les estamos ayudando a nuestros hijos a vivirlo, cuando les llegue la hora.
Tenemos que tener en cuenta que no les debemos solo de enseñar valores, sino enseñar a vivirlos. En eso la familia es irreemplazable. En casa tienen que aprender a vivir, viviendo nosotros y sintiéndonos orgullosos de lo que vivimos
Y de burbuja nada. Eso es una excusa.
José María Contreras
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