¡OH, CUANTO DOLOR Y MUERTE TRAERÁ A MIS CRIATURAS Y A MI CREACIÓN EL MAL USO DE LA TECNOLOGÍA HUMANA!
ENERO 13 DE 2014 – 8:10 A.M.
LLAMADO DE DIOS PADRE A LA HUMANIDAD
Pueblo mío, heredad mía, paz a vosotros.
Fenómenos celestiales se os están manifestando, así sabréis que se acerca el regreso triunfal de mi hijo. Mi creación está en plena transformación; no os asustéis por lo que veréis, porque vienen muchas manifestaciones celestiales y la tierra sufrirá grandes cambios; conservad la calma y orad, porque todo lo que veréis hace parte del plan de Dios para purificar la creación y sus criaturas.
Las aves muy pronto migrarán y la vida marina por el mal uso de la tecnología hombre comenzará a desaparecer. El hombre será víctima de sus propios inventos y la transformación de la creación, llanto y dolor traerá a muchas naciones. La tecnología de muerte se revertirá contra la humanidad, las plantas nucleares se desestabilizarán cuando la tierra comience a gemir como mujer de parto. ¡Oh, cuánto dolor y muerte traerá a mis criaturas y a mi creación el mal uso de la tecnología Humana!.
Muchas naciones van a desaparecer en el tiempo de la guerra; el ansia de poder y expansionismo de los reyes de este mundo, traerá muerte y desolación. ¡Oh humanidad, volved a Mí, aún os quedan campanadas de esperanza y misericordia; os aseguro que si lo hacéis, no os castigaré como merecen vuestros pecados! Dichosos aquellos que hoy descansan en la paz del Señor, dichosos aquellos a los cuales se les ha perdonado sus pecados y dichosos aquellos que confían en el Señor, porque verán su gloria y será habitantes de su nueva creación.
Mi pueblo huye de la persecución, la sangre de mis inocentes clama justicia; la sangre de mis mártires clama justicia y el llanto de mi creación clama justicia. No temáis, pueblo mío, muy pronto mi justicia restablecerá el orden y el derecho y todos los obradores del mal, serán borrados de la faz de la tierra.
¡Oh humanidad ingrata y pecadora, volved vuestros ojos a vuestro Creador, porque la noche está llegando!. No sigáis haciendo caso omiso a mis llamados, porque cuando llegue mi justicia, ya no os escucharé. Escuchadme y dejad vuestra rebeldía, acordaos que no me complazco con la muerte del pecador; acogeos a Mí, para que alcancéis misericordia; escuchad a mis profetas de estos últimos tiempos, porque soy Yo, vuestro Padre, quien os está hablando a través de mis mensajeros. Dejad vuestra terquedad y sordera espiritual, porque lo que está en juego es vuestra salvación.
Os estoy esperando con mis brazos abiertos, como todo buen padre que espera a sus hijos. No dejéis mis manos misericordiosas extendidas: no quiero vuestra muerte, sino que viváis conmigo eternamente.
Vuestro Padre, Yahvé, Señor de las Naciones.
Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad, hombres de buena voluntad
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