¿NACIÓ JESÚS, EFECTIVAMENTE, EL MISMO DÍA QUE MITRA?
La respuesta afirmativa a semejante pregunta es una de esas tesis felices que ha hecho fortuna y que todos repiten hasta la saciedad como prueba (entre otras) de que el cristianismo no es sino una copia o el heredero del culto mitraico que indudablemente hizo fortuna en la capital del Imperio Romano en tiempos similares a aquellos en los que el cristianismo llegaba a la capital del mundo. El origen de la tesis podría hallarse en la afirmación del filósofo racionalista Ernest Renan (1823-1892) según el cual, de no haber sido cristiano, el Imperio habría sido mitraísta.
A la pregunta que nos formulamos en el título del este artículo podemos responder con un tímido “sí” -sí, efectivamente Jesús nació el mismo día del año que Mitra-, pero tan lleno de reservas, que finalmente sería un “no”. No, el nacimiento de Jesús y de Mitra ni tienen nada que ver, ni se produjeron en la misma fecha del año. No necesariamente al menos (a lo mejor resulta que casualmente sí fue así, un evento que tiene una probabilidad entre 365 de haber acontecido).
Y bien, ¿por qué respondemos para empezar con un tímido sí? Pues porque, efectivamente, tanto el nacimiento de Mitra se celebraba en Roma el 25 de diciembre, como el de Jesús lo seguimos celebrando los cristianos en fecha tal... por cierto, que puede que no fuera así todavía en Roma, o al menos en los primeros tiempos (pinche aquí si desea conocer desde cuando se celebra la Navidad el 25 de diciembre).
¿Y cuáles son esos matices que oponemos tan severos como para que nos tengamos que desdecir de nuestra respuesta inicial? Pues bien, que más allá de la fecha en la que naciera Mitra, el que no nació casi con toda seguridad el 25 de diciembre es Jesús. Bien es verdad que no conocemos la fecha en la que nació, pero sí que con toda probabilidad, no lo hizo un 25 de diciembre (pinche aquí si desea conocer las razones por las que hago afirmación tan tajante), algo que no debe mover a escándalo a ningún cristiano por piadoso y devoto que se tenga a sí mismo.
- Muy bien Antequera, -me dirá Vd.-, pero entonces no hace Vd. otra cosa que dar la razón a los que afirman que existe una dependencia en la celebración del nacimiento de Jesús en la misma fecha en que se celebra el de Mitra, puesto que el mitraísmo llegó a Roma antes que el cristianismo y ya celebraba el nacimiento de la venerada persona de su líder el 25 de diciembre antes de que lo hiciera también el cristianismo.
- Pues bien, no. No existe una dependencia del nacimiento de Jesús respecto del de Mitra, como tampoco lo existe respecto del de Adán (pinche aquí si desea conocer la interesante tesis según la cual Jesús nació el mismo día que nuestro primer padre), sino que lo más probable es que las dos celebraciones, la del nacimiento de Mitra y la del nacimiento de Jesús, registren una dependencia común respecto de un tercer evento, éste de tipo astronómico, que es el que daría razón de ser a los dos, sin que exista injerencia alguna entre ellos: el solsticio de invierno, uno de los días más mágicos del año, celebrado desde los albores de la Humanidad. Un evento de los muchos que el cristianismo habría, valga la redundancia, “cristianizado”, en una aplicación más de uno de los instrumentos de los que con mejor fortuna se valió para evangelizar primero el Imperio, luego la Europa barbárica, y luego el planeta entero: el llamado “sincretismo”, o cristianización de las fechas y los lugares que registraban ya un culto previo a la llegada del cristianismo a los territorios paganos.
Luis Antequera
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