EL ANACORETA Y LA ESPIRITUALIDAD SANA (2)
Al día siguiente, el Anacoreta hizo sentar a su joven seguidor y le preguntó:
- ¿Has meditado las cuatro características de la espiritualidad sana que te dije ayer? Hoy voy a darte cinco más.
• Amor y compasión. Tu vida espiritual ha de llevarte a amar profundamente y a padecer con los otros; que eso es lo que significa compasión. Llámalo empatía si lo prefieres. pero lo importante es, que te quede claro que la verdadera vida espiritual te ha de llevar siempre a amar al otro, no a acusarlo y juzgarlo.
• Comunidad. La vida espiritual no puede aislarte, sino que ha de llevarte a compartir, a vivir tu experiencia con los demás.
• Consciencia. Si tu espiritualidad te induce al autoengaño, ten por seguro que no es sana. la vida espiritual auténtica ha de ayudarte a conocerte plenamente, a tomar consciencia de ti, en lo físico, lo mental, lo psicológico, lo espiritual...
• Paz. La espiritualidad sana ha de llevarte a vivir en paz contigo mismo y en armonía con todas las cosas. El desasosiego, la ansiedad, la angustia... son señales de una espiritualidad insana.
• Liberación. Una auténtica espiritualidad nunca debe ser una cadena. No debe atarte a dogmas, ritos, ni ideas..., ni siquiera a ti mismo. Te has de sentir libre de toda atadura, sin miedo, confiando siempre en que Dios está en ti.
Lo miró sonriendo y concluyó:
- Creo que estas nueve características te ayudarán a seguir una espiritualidad sana, que te permita crecer y que haga de ti un Hombre completo...
(Inspirado del libro "Sentirse habitado por la Presencia", Enrique Montalt, Ed. Desclée de Brouwer, 1012)
Joan Josep Tamburini
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