PARADA DE TRES DÍAS
Por tener que asistir a unas reuniones, hasta el lunes no podré publicar nada en el blog.
Hoy os dejo este poema-plegaria de Ernst Eggman. Su provocación nos debe hacer reflexionar sobre las sutiles tentaciones que podemos encontrar disfrazadas de espiritualidad. La tentación de encerrar a Dios en una trampa. Pero sólo debemos caer en una trampa: ÉL. Lo demás es idolatría teológica.
"Donde huela a dios yo no te busco los hombres te han tendido trampas y éstas se han disparado ahora te retienen en templos y textos, te tratan de tú se sientan contigo a la mesa, entrechocan los vasos, beben vino, hacen contratos de seguros, tú firmas, por todas partes hay trampas divinas, te seducen con candelas, frases y tocino, doradas trampas, divinas y ruinosas, altares antiquísimos dispersos hace tiempo por el viento
fosilizadas imágenes fosilizadas palabras, fosilizadas cruces, criptas y constelaciones,
lugares de peregrinación en el cosmos.
Donde huela a dios paso de largo, sé que esquivas todas las trampas, incluso las manos y las palabras orantes.
Sé que tú eres en nosotros, que nos tienes presos en ti.
Sólo esto sé, tú eres la trampa".
Joan Josep Tamburini
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