¡COMO EL BUEN PASTOR QUE SOY, ESPERARÉ HASTA EL ÚLTIMO SEGUNDO A QUE REGRESEN MIS OVEJAS REBELDES!
SEPTIEMBRE 07 DE 2013 – 8:15 A.M.
LLAMADO DE JESÚS EL BUEN PASTOR A LA HUMANIDAD
Ovejas de mi grey, paz a vosotras.
La maldad y el pecado se acrecientan cada vez más, esta humanidad camina hacia el abismo; por más que me manifiesto y doy señales, no encuentro respuesta alguna por parte de esta humanidad. Continúan en su cotidianidad y se niegan a atender a mis llamados. Mi Madre llora lágrimas de sangre en diferentes lugares, esperando que sus pequeños recapaciten y retomen la senda de la salvación. Pero no, todo es en vano, esta humanidad necesita de la justicia divina, para poder volver a Dios.
¡Qué tristeza sienten nuestros dos corazones al ver la ingratitud y la rebeldía de esta generación de estos últimos tiempos!. Como el Buen Pastor que soy, esperaré hasta el último segundo a que regresen mis ovejas rebeldes. Mirad ovejas rebeldes, que los acontecimientos están por desatarse y vosotras continuáis pecando, sin importaros que es la vida del espíritu la que se os perderá. ¿Cuánta sangre tendrá que derramarse en la tierra, para que puedan recapacitar?. ¡Qué tristeza que el dolor y la muerte sea lo único que despierte a esta humanidad ingrata y pecadora!. Necesitan sentir el dolor en carne propia, para poder creer y arrepentirse; ¡oh, qué dolor me produce ver tanta incredulidad y tanta pasividad, incluso en aquellos que dicen ser de mi rebaño!.
El dolor y la muerte muy pronto llegarán y muchos de los que esperaron a que todo se diera para poder convertirse, no despertarán; el silencio de la muerte los cubrirá y sus almas se perderán, porque como las doncellas necias no se prepararon y cuando quisieron entrar al banquete, ya la puerta se les cerró.
Ovejas rebeldes, escuchadme: no quiero vuestra muerte, deseo que viváis, todo está por cumplirse y vosotras seguís tan tranquilas dándome la espalda y no la cara. ¡Ay de ti Jerusalén, porque la desgracia te vendrá de improvisto!. Si no vuelves a mí y te acoges a mi misericordia, te entregaré en manos de tus enemigos. ¡Vístete de sayal, haz ayuno y penitencia, que tus hijos vuelvan a mí, con corazones contritos y humillados; entonces, te escucharé y me abstendré de enviarte mi castigo!.
¡Ay de los falsos profetas que engañan a mi pueblo con sus falsas visiones y dicen: Nada pasará, estad tranquilos, Dios os ama y no os castigará, porque ya fuisteis redimidos por la sangre de su Hijo. ¡Todos estáis salvados!. Pueblo mío, no creáis a esos falsos profetas, ni a sus visiones, porque no vienen de parte mía, yo no les he hablado y sus visiones y sus sueños son un engaño. Acordaos: el camino para llegar a mí, es angosto y pedregoso y todo aquel que no lleve su cruz a imitación mía, no podrá entrar en el Reino de mi Padre.
Leed mi Palabra que es vida, que es alimento para vuestro espíritu y en ella encontraréis la verdad que os llevará al gozo de la vida eterna. Hijos míos, la hora está cerca, velad y orad conmigo, porque me embarga el dolor y la tristeza; estoy en el Getsemaní, acompañadme, no me dejéis solo, porque grande es mi dolor y lenta es mi agonía. Alumbrad la oscuridad que se aproxima con vuestras lámparas aceitadas con la oración, para que también vosotros, discípulos míos de estos últimos tiempos, deis testimonio de mí, ante los hombres. No desfallezcáis, acordaos pueblo mío, que yo estaré con vosotros hasta el fin de los tiempos. Mi paz os dejo, mi paz os doy. Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios está cerca.
Vuestro Maestro y Pastor, Jesús el Buen Pastor de todos los tiempos.
Dad a conocer mis mensajes, ovejas de mi grey.
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