lunes, 19 de agosto de 2013

EL DESANIMO

EL ANACORETA Y EL DESÁNIMO

Llegó totalmente hundido. Decía que había malgastado su vida y todos sus esfuerzos habían fracasado. El Anacoreta lo hizo sentar y le trajo un refresco. Guardó todavía un rato de silencio. Luego, sonriendo y mirándolo a los ojos, le dijo:

- No debes dejarte vencer por el desánimo. Eso sí que arruinará tu vida. Hay que seguir siempre adelante. Si te paras a mitad del camino, nunca triunfarás. Si te quedas parado, serás como una hoja que el viento mueve en todas direcciones. Estás en un momento de oscuridad total. Pero piensa, que tras la noche, siempre llega la aurora. Permanece despierto...

Joan Josep Tamburini

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