sábado, 3 de agosto de 2013

EL BIEN ABSOLUTO

El apartarse de la ley primera de Dios el Bien absoluto, genera una segunda ley como fuerza, que tiene también profundidad y conocimiento infinito, pero siempre será inferior y siempre dependiente de la ley primera.

Esa dependencia corresponde a entender que mientras no se está en la luz de la ley primera, se obra a oscuras, se siente un placer temporal pasajero y finito, al obrar los ángeles, las almas, los hombres, con base en la ley segunda.

El hombre, cada alma, cada espíritu, cada ángel apartado, al momento de evaluar, reflexionar, pensar, conocer y experimentar lo sucedido y el haber obrado en base solo a la fuerza segunda contaría a la ley primera, el alma desea siempre y se crea así mismo por propia voluntad la necesidad de un gozo definitivo, verdadero e infinito y real, no efímero y pasajero, el hombre, las almas, al haber experimentado lo que consiguen en lo efímero y temporal siempre buscaran lo eterno, los hombres, las almas siempre buscaremos lo que hemos perdido desde el inicio de la creación por apartarnos de la ley.

«El hombre siempre sentirá la necesidad de permanecer en la verdadera ley primera»

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