sábado, 31 de agosto de 2013

CARTA DE UN...

CARTA DE UN HIJO A TODOS LOS PADRES DEL MUNDO

Queridos papito y mamita:

• No me des todo lo que pido; a veces sólo pido para ver hasta dónde puedo lograr.

• No me grites. Te respeto menos cuando lo haces, y me enseñas a gritar yo también… y no quiero aprender a hacerlo.

• No me des órdenes a toda hora. Si en vez de órdenes, a veces me pidieras un favor, yo lo haría más rápido y con mayor gusto.

• Cumple tus promesas, buenas o malas. Si me prometes un premio, dámelo; y también si es un castigo.

• No me compares con nadie, especialmente con mi hermano o mis amigos. Si tu me haces lucir mejor que los demás, alguien va a sufrir; y si me haces quedar peor que los demás, seré yo quien sufra y quede humillado.

• No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer; decide y mantén tu decisión para que yo sepa a qué atenerme.

• Déjame valerme por mí mismo; si tú haces todo por mí, yo nunca aprenderé a hacerlo por mi mismo.

• No digas nunca mentiras delante de mí y mucho menos me pidas que yo las diga por ti, aunque sea para sacarte de un apuro; me haces sentir mal y perder la fe en lo que tu dices.

• Cuando yo haga algo malo, no me exijas que diga el por qué lo hice, a veces ni yo mismo lo sé.

• Cuando te equivoques en algo, admite tu equivocación; crecerá la opinión que yo tengo de ti y me enseñarás a admitir también mis equivocaciones.

• Trátame con la misma amabilidad y cordialidad con que tratas a tus mejores amigos; porque seamos familia, eso no quiere decir que no podamos ser también amigos.

• No me digas que haga una cosa que tú no eres capaz de hacerla. Yo aprenderé con tus ejemplos e imitaré siempre lo que tú hagas, aunque no me lo mandes; y no haré lo que no te vea hacer, aunque trates de exigírmelo.

• Enséñame a conocer y amar a Dios y hablar con Él, no importa si en el colegio me quisieran enseñar o no; porque de nada vale el colegio, si yo veo que tú ni conoces ni amas a Dios, ni le oras.

• Cuando te cuente un problema mío, no lo andes divulgando.

• Nunca me digas no tengo tiempo para tus boberías, eso no tiene ninguna importancia. Trata de comprenderme y ayudarme.

• Quiéreme mucho y dímelo. A mí me gusta oírlo, aunque tú no creas necesario decírmelo.

• Trata de comprenderme. Tú también pasaste por mi edad, aunque a veces pareces olvidarlo.

• No puedo ser perfecto; nadie lo es; tienes que tener paciencia.

• No me trates como a un niño pequeño. Acepta que voy cambiando y me voy haciendo mayor.

• Escucha mis opiniones y decisiones y cuando no estés de acuerdo o me des una orden, dime las razones que tengas.

• No me desanimes; al contrario, dame ánimo y reconoce mis esfuerzos, progresos y realizaciones.

• Trátanos a todos tus hijos por igual. Que ninguno sea tu preferido y que ninguno de nosotros sienta que te cae mal.

Te quiere mucho,

Tu Hijo (a)

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