Tanto se ha escrito acerca de Superman como una figura mesiánica, que al entrar al cine para la más reciente entrega de Hollywood sobre el personaje, uno ya espera encontrar referencias religiosas, y El Hombre de Acero no decepciona en ese sentido. Atención con los spoilers del artículo.
Por: Pato Acevedo
De:http://infocatolica.com/blog/esferacruz.php
A modo de introducción, para los escépticos sobre este vínculo, baste recordar que el padre de Superman se llama Jor-El, lo que de Superman un “hijo de El”. Ahora bien, la partícula “El” en hebreo significa precisamente “Dios” –según lo encontramos en nombres como Gabriel, Rafael, Emmanuel, etc.–, punto que desde luego no pudo haber pasado desapercibido para dos buenos muchachos judíos como eran Jerry Siegel y Joe Shuster.
Al parecer, la inspiración directa de los autores provendría de la historia bíblica de Moisés, lo que es notorio en la secuencia del bebé puesto en una cápsula y dejado a la deriva en el espacio. En todo caso, ya en la película de 1978 con Cristopher Reeves, esos temas fueron retomados con un claro tinte cristianos, por ejemplo, con el famoso discurso de Marlon Brando, interpretando al padre Kal-El, donde lo envía a la tierra porque los humanos “carecen de la luz que les muestre el camino y por esa razón te he enviado a ti, mi único hijo”.
[Alerta de Spoiler: A continuación se mencionan abiertamente diversos detalles de la película, que quien no la ha visto tal vez prefiera descubrir por sí mismo]
En El Hombre de Acero, impresiona ante todo como una historia sobre la importancia de la relación padre e hijo. En las películas de superhéroes de los últimos años, y tal vez en sintonía con los tiempos modernos, ese vínculo suele describirse descriptores como ausencia (Spiderman, Batman), resentimiento (Ironman) o franco abuso (Hulk, Hombres X). Kal El, en cambio, cuenta no con uno sino dos padres, uno kriptoniano y otro terrestre, ambos fallecidos en circunstancias que indudablemente debemos calificar como heroicas. Eso deja una impresión perdurable en Clark, que explica y define la principal característica del personaje: su resuelta y clara certeza moral y la conciencia de su misión en el mundo.
Basta imaginar qué tipo de personaje habría sido Superman, con todo ese poder y sin una clara guía moral sobre cómo usarlo, para destacar la importancia de la figura paterna. El Hombre de Acero presenta una clara imagen del determinante papel positivo que puede llegar a jugar un padre involucrado en la formación de su hijo.
La película inicia en Krypton, con un conflicto entre Jor El, líder científico del planeta, y el general Zod, encargado de su defensa. En uno de los enfrentamientos entre ambos, el padre de Superman intenta convencer a Zod de la necesidad de dejarlo seguir adelante con su plan para enviar a su hijo al espacio, a lo que el militar responde con “¡Herejía!”. Esto me hizo temer que los temas religiosos se inclinaran hacia el cliché de héroe científico vs. antagonista fanático, que tantas veces nos ha regalado el cine… y que a decir verdad sería coherente con el origen del personaje en la ciencia ficción de los años 40 y 50.
Afortunadamente, las restantes menciones de la religión en la película son bastante favorables. Así, Dios forma parte de las conversaciones entre Clark y su padre Jonathan Kent, y cuando el primero se enfrenta a una decisión crucial en su camino, lo vemos sentado en el banco de una iglesia y conversando con un pastor o sacerdote, usando cuello romano. Si bien la iconografía es marcadamente católica, la religión del lugar y del clérigo es dejada en la ambigüedad.
Es cierto que Hollywood suele usar en estos casos imágenes cargadas de referencias católicas, pero eso se debe más que nada a la riqueza visual de nuestras Iglesias, que se presta para su representación en un medio como las películas, más que en un velado apoyo o implícito reconocimiento de la afiliación religiosa de los personajes.
Lo que en todo caso resulta absurdo es que algunos busquen deshacerse de esas claves visuales, cuando su uso en el cine demuestra que son eficaces para marcar la presencia de Dios.
Luego nos encontramos con la relación de Clark y su madre, que también tiene marcados visos marianos. Así, presenciamos que Superman vuelve a casa luego de un largo tiempo salvando gente anónimamente (en lo que podría ser un paralelo a la vida oculta de NSJC), nos enteramos que ella vive sola, pues su marido falleció hace algunos años atrás y no tiene otros hijos, y en una escena muy tierna que uno podría situar perfectamente en La Pasión de Cristo, de Mel Gibson, los vemos ir juntos hasta la tumba de Jonathan Kent.
Esto me lleva a pensar dos cosas: primero, en la soledad de María cuando veía fallecer a su hijo en la cruz y la importante misión que recibió San Juan; y en que, si ya debió ser difícil tener por hermano a Superman, basta pensar en cuánto más lo será tener esa relación con NSJC, y que por lo tanto Él no pondría a nadie en esa situación.
Otro tema que podríamos considerar de interés religioso, surge en relación con la destrucción del planeta Krypton, que en definitiva es el evento original que pone en movimiento toda la mitología de Superman.
La explicación que llevó a este punto no es muy clara, pues se mezclan ideas de sobre explotación de los recursos naturales con la inestabilidad del núcleo del planeta, elementos que han aparecido de una u otra forma en las historietas. Lo que me resultó novedoso, fue la introducción de un tercer factor al cual, en una especie de paralelo con la destrucción planetaria, se atribuye el colapso de la civilización: el control total de la natalidad.
Los kryptonianos habrían decidido hace mucho tiempo reproducirse exclusivamente mediante ingeniería genética y social, determinando según las necesidades del colectivo cuántos científicos, soldados, políticos, artistas, etc. se necesitan, y nos muestran las “granjas” de fetos, en una imagen que recuerda claramente a Matrix. Por su parte, en al menos dos oportunidades se reitera que Kal El es especial, porque es el primer niño no diseñado en muchos siglos, es decir, que nació naturalmente.
En nuestra cultura, donde el control de la natalidad es el supremo acto de caridad hacia el planeta y los demás, llama la atención que siquiera se plantee como algo que pueda hacer algún mal, mucho menos como algo tan perverso que pueda provocar el colapso de una cultura o un planeta entero. La película no persigue mucho más allá esta línea temática, tal vez a la espera de desarrollarse en una secuela.
Finalmente, se pueden mencionar otras alusiones, como el póster que promociona el filme, que tiene visos de una ascensión a los cielos, un par de veces se menciona que al tiempo de los eventos descritos en el filme, Kal El lleva 33 años en el planeta tierra, y que en otro momento Superman es llamado el Salvador de la Humanidad, a lo que él responde dejándose caer con sus brazos en cruz. Este tipo de referencias son tan evidentes que incluso habrá quien las califique como baratas e innecesarias, tal vez como parte de un plan para venderla a pastores cristianos.
Eso por ahora ¿Encontraron otras referencias a la religión en la película?
Rafael de la Piedra
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