Habían finalizado su meditación matutina. El joven seguidor comentó:
- Tras estos momentos de meditación me siento lleno y feliz.
El Anacoreta sonrió complacido y le dijo:
- Es que Dios nos habla de diferentes maneras. Una de ellas es a través del silencio de la meditación. En ese silencio se vislumbran grandes cosas. Pero Dios también nos hable a través de la naturaleza, a través de los demás, a través de los acontecimientos de cada día...
Miró a su seguidor a los ojos y concluyó:
- Se trata de saber distinguir la voz de Dios. Y donde mejor se oye, es en el silencio...
Joan Josep Tamburini
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