martes, 14 de mayo de 2013

EL BUEN PASTOR


¡PARA EL COMBATE ESPIRITUAL, HACED MI SANTO ROSARIO CON LOS MISTERIOS DOLOROSOS, EL ROSARIO DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRE Y EL ROSARIO DE LAS LLAGAS DE MI HIJO!

MAYO 13 DE 2013 – 9:45 A.M.

LLAMADO DE LA SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS AL MUNDO CATÓLICO

Hijitos de mi corazón, que la paz de Dios esté con todos vosotros.

La promulgación de mi quinto dogma será el inicio de vuestra libertad. Mi quinto dogma es la derrota de mi adversario; es por eso hijitos míos, que mi adversario ha puesto tantos obstáculos y barreras en ésta mi advocación de la Señora de Todos los Pueblos, porque sabe que en ella será derrotado. Os pido hijitos, que a partir de ahora, incluyáis en todos vuestros rosarios estas grandes peticiones:

1. Por la promulgación de mi quinto dogma mariano (María Medianera, Corredentora y Abogada, Señora de Todos los Pueblos).

2. Por la Consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón.

3. Por el Papa Francisco y la Iglesia

4. Por la Paz del Mundo.

5. Por el Triunfo de mi Inmaculado Corazón.

En el Valle de Meguido terminará vuestra esclavitud; en ese lugar se dará la batalla final por vuestra libertad y mi adversario será derrotado y expulsado con sus huestes del mal de la faz de la tierra. Intensificad vuestra oración; mientras más rosarios, ayunos, penitencias y sacrificios hagáis, más derrotas sufrirá mi adversario. Para el combate espiritual, haced mi Santo Rosario con los misterios dolorosos, el Rosario de la Preciosísima Sangre y el Rosario de las Llagas de mi Hijo.

El rezo de estos tres rosarios derriba las fortalezas que mi adversario ha puesto en este mundo y os libera de sus ataques en vuestro ser: Físico, Psíquico, biológico y Espiritual. El rezo de estos tres rosarios libera a las almas atormentadas y les devuelve la paz. Os doy hijitos míos, esta poderosísima armadura espiritual, para que seáis liberados de las cadenas espirituales que mi adversario os ha puesto para esclavizaros. Orad con estos rosarios y las fuerzas del mal serán derrotadas; ayunad, haced penitencia y recibid lo más que podáis el Cuerpo y la Sangre de mi Hijo, para que seáis fortalecidos y podáis enfrentar con valentía los ataques de mi adversario y sus huestes del mal. Acatad estas instrucciones y ponedlas en práctica para que salgáis victoriosos en la batalla espiritual de cada día.

Cada vez que hagáis oración y entréis en batalla espiritual, os pido que os unáis espiritualmente:

1. A la Trinidad Santa (Padre, Hijo y Espíritu Santo).

2. A mi Corazón Inmaculado y a mi Castísimo Esposo José

3. Al Ángel de vuestra Guarda y Ángeles Custodios

4. A San Miguel, Gabriel, Rafael y Milicia Celestial

5. Al Ejército Triunfante, Purgante y Militante.

Unidos en oración seremos el Gran Ejército de Dios que derrotará a mi adversario y sus huestes del mal. La hora de vuestra libertad se acerca, no temáis; haced vuestra parte que es orar y el cielo se encargará de daros la victoria. ¡Adelante mi Gran Ejército Mariano, ni un paso atrás!. Vuestra Madre y Señora os guiará a la libertad. Que la paz de Dios os acompañe y mi protección maternal os asista. Vuestra Madre, María Señora de Todos los Pueblos.

Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad.

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