Andy no fue oído por «corrección
política»
Al final,
su padre y su novio acabaron en la cárcel por acoso a menores y los servicios
sociales fueron condenados a indemnizar al joven y disculparse con él.
Año 1997:
Andy Cannon tiene 7 años cuando es
adoptado. Denuncia que sufre abuso sexual por parte de su padre
adoptivo, pero nadie le hace caso. La indiferencia
de los servicios sociales es absoluta.
Hay una razón, que explica el mismo joven, hoy de 23 años y padre de dos hijos que ha tenido con su compañera Redeana: "Creo que si mi padre adoptivo hubiese tenido una relación heterosexual, mis quejas se habrían escuchado antes".
Porque ése era el quid de la cuestión, al menos según relata su protagonista al Daily Mail: David Cannon, padre adoptivo de Andy, de 54 años, mantenía una relación con otro hombre de 31 años, John Scarf, y "parece que los servicios sociales no quisieron que pareciese que estigmatizaban a los gays, prefirieron ser políticamente correctos y dejarlo pasar para evitar las repercusiones". Andy fue catalogado como "un chico rebelde" y David como "un padre muy cuidadoso que tenía en cuenta las necesidades del chico", a pesar de que su madre, Elaine Moss, respaldaba las denuncias.
Pero David y su novio John acabaron condenados a treinta meses de prisión por abusos a menores, y los servicios sociales de Wakefield (Yorkshire) condenados a indemnizar a Andy con 25.000 libras por su negligencia durante años en los que sistemáticamente mandaban al niño de vuelta a casa de la pareja gay: "Los servicios sociales tenían que haber estado ahí para prevenir que esto sucediese, pero en lugar de eso guardaron el caso en un cajón".
El caso fue dramático para el pequeño, porque "con un error de juicio enorme y disparatado", según la sentencia judicial, le diagnosticaron trastornos mentales y le medicaron. En 2004, cuando el chico tenía 14 años, se escapó de casa ante la situación que vivía, y nueve días después le enviaron de nuevo al infierno. En mayo de 2006 llegó la condena para David y John, y comenzó una larga etapa de juicios en los que Andy ha buscado, hasta conseguirlo, que se vea reconocido el fallo del sistema por razones de corrección política.
Hay una razón, que explica el mismo joven, hoy de 23 años y padre de dos hijos que ha tenido con su compañera Redeana: "Creo que si mi padre adoptivo hubiese tenido una relación heterosexual, mis quejas se habrían escuchado antes".
Porque ése era el quid de la cuestión, al menos según relata su protagonista al Daily Mail: David Cannon, padre adoptivo de Andy, de 54 años, mantenía una relación con otro hombre de 31 años, John Scarf, y "parece que los servicios sociales no quisieron que pareciese que estigmatizaban a los gays, prefirieron ser políticamente correctos y dejarlo pasar para evitar las repercusiones". Andy fue catalogado como "un chico rebelde" y David como "un padre muy cuidadoso que tenía en cuenta las necesidades del chico", a pesar de que su madre, Elaine Moss, respaldaba las denuncias.
Pero David y su novio John acabaron condenados a treinta meses de prisión por abusos a menores, y los servicios sociales de Wakefield (Yorkshire) condenados a indemnizar a Andy con 25.000 libras por su negligencia durante años en los que sistemáticamente mandaban al niño de vuelta a casa de la pareja gay: "Los servicios sociales tenían que haber estado ahí para prevenir que esto sucediese, pero en lugar de eso guardaron el caso en un cajón".
El caso fue dramático para el pequeño, porque "con un error de juicio enorme y disparatado", según la sentencia judicial, le diagnosticaron trastornos mentales y le medicaron. En 2004, cuando el chico tenía 14 años, se escapó de casa ante la situación que vivía, y nueve días después le enviaron de nuevo al infierno. En mayo de 2006 llegó la condena para David y John, y comenzó una larga etapa de juicios en los que Andy ha buscado, hasta conseguirlo, que se vea reconocido el fallo del sistema por razones de corrección política.
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