Miles de
artículos, reportajes, editoriales y programas especiales hemos observado
alrededor del mundo que nos dan cuenta de la sucesión papal. Mucho tenemos que
conocer del Santo Padre Francisco. Mucho hemos de orar por su trabajo pastoral
que ahora inicia como sucesor de Pedro.
Hay una carta que un joven publicó en FB que nos cautivó por su sencillez.
Hay una carta que un joven publicó en FB que nos cautivó por su sencillez.
Gracias Francisco por abrirme los
ojos
¿Quién
eres tú, Francisco? ¿Por qué me ha sorprendido tanto verte? ¿Por qué tanta la
expectativa que surge a tu alrededor? ¿Qué es lo que vas a hacer? ¿Cómo vas a
trabajar?
Todas las
mañanas, cuando llevo a mi hermano a la escuela, rezamos juntos un Padrenuestro
y luego un Ave María. No conozco de memoria muchas más oraciones, y de hecho,
son esas las que más nos gustan, por su sencillez y su universalidad. Las puede
rezar cualquiera.
Por eso,
hoy que estaba en mi casa, viendo con sorpresa al nuevo Papa, sentí algo muy
bonito cuando escogió para rezar exactamente lo que yo, y seguramente millones
de católicos rezamos a diario.
Sentí
algo especial cuando me di cuenta de que el nuevo Papa me estaba haciendo orar,
no sólo gritar o vitorear su nombre. Sentí algo extraño cuando me pidió que lo
bendijera antes que nada y que pidiera a Dios mucho por él, al igual que por
todos mis hermanos, antes incluso de darme él la bendición. Sentí algo especial
al verlo salir sin tantos adornos, tan sencillo, franco, con ese gesto de
siervo, lo vi humano y abierto. Me cautivó esa sonrisa que parecía esconder
tantos años de entrega, sacrificio y trabajo.
Y vaya,
que sentí que a mis 20 años, me hace mucha falta trabajar.
Por eso
te digo: Bienvenido Francisco, a una Iglesia que está en crisis, pero que lo ha
estado por muy diversas razones desde el primer día que fue instituida.
Bienvenido a un mundo que te atacará, lleno de gente que no piensa como tú, de
gente que odia lo que tu crees y haces. Bienvenido a un pueblo que te juzgará,
inclusive dentro de tu misma casa. Bienvenido al trabajo arduo, fatigante,
lleno de contrariedades y quizá de ingratitud.
Hoy
Francisco, quiero decirte que voy a trabajar contigo. Quiero seguir tu ejemplo,
quiero quitarme mis adornos y salir a servir a la gente. Quiero lanzarle una
sonrisa al mundo, con esa simpleza que tu lo hiciste. Quiero servir a los que
esperan mucho de mí, poco, o nada, quiero servirlos a todos. A los que no
opinan como yo, quiero servirlos. A los que he lastimado o lastimaré, quiero
servirlos. A los que me han lastimado quiero servirlos.
Quiero
trabajar contigo desde mi propio hogar en las cosas que puedo hacer desde hoy.
No quiero imponer mi opinión religiosa, quiero compartir la verdad: Todos somos
hermanos. Que el amor, nos ama. Que ese amor es un Padre bueno independiente a
cual sea nuestra creencia.
Hoy
Francisco, quiero ser el último en la fila. Quiero ser el que ocupa el último
lugar del estacionamiento, y el último en servirse de comer. Quiero poder
superar mis miedos y vencer mis malos hábitos y egoísmos, pero además quiero
pasar desapercibido. Quiero que la gente se de cuenta que mi Iglesia no está
para conquistar al mundo, sino para servirle. Quiero que Evangelizar a todos
los pueblos se traduzca en verdadera caridad para todos.
Y sé que
tú trabajarás con mucha pasión en ello. Sé que el representante de mi Iglesia
se despertará todos los días muy temprano para trabajar. Sé que orarás y
contemplarás, y al mismo tiempo actuarás. Sé que te haces de cocinar todos los
días. Sé que viajabas en metro y en bus en tu país. Sé que naciste de padres
humildes. Y sé que no flaquearás porque eres un luchador de la vida y un
defensor de la vida de los más pobres y desposeídos. Sé que te atacarán igual
que todos los días nos ataca la pereza cuando decimos tímidamente: ‘somos
católicos’.
Hoy salgo
de mi balcón y le grito al mundo muy fuerte que SOY CATÓLICO no porque quiera
presumirlo sino porque el mundo necesita saber que si soy católico es que voy a
servirlo. Me acordaré que soy católico la próxima vez que me de flojera hacer
mi trabajo, la próxima vez que quiera mentir, la próxima vez que quiera obtener
un examen. Me acordaré también cuando en una fiesta ofrezcan droga, esa que a
tantas familias destruye. Me acordaré el día que me asalten y me agredan, y
tenga que perdonar a los que me ofenden. Me acordaré el día que me insulten o
critiquen y tenga que preocuparme por ellos. Me acordaré que soy católico el
día que no quiera ver a mi familia, o que prefiera divertirme en lugar de ir a
un evento de mi hermanito. Me acordaré que existes tú Francisco, como tantos antes
de ti, que también tuvieron que luchar contra si mismos. Que también tuvieron
que aguantar tanto. Que también tuvieron que trabajar tanto.
Hoy salgo
del confort y la superficialidad en la que vivo y no me apenará compartir en
facebook algún comentario que mencione a Dios. Hoy salgo de esa ignorancia tan
palpable donde demuestro que no conozco lo suficiente a mi religión. Hoy me doy
cuenta que soy católico no porque soy mejor, al contrario, Hoy me acuerdo que
Jesús vino a sentarse con prostitutas, hipócritas y delincuentes, por eso mismo
está sentado en mi vida, está conmigo a pesar de mi pequeñez.
Hoy
Francisco, te agradezco tanto por aceptar el papado, te agradezco tanto que nos
regalaras esa sonrisa. Te agradezco que salieras tan humilde, que te inclinaras
para ser bendecido por tus fieles. Te agradezco que recordaras al Papa que te
antecedió. Te agradezco de que hables mi idioma, y que te guste el fútbol como
a mí. Te agradezco que hoy me hayas puesto a rezar un Padrenuestro y un Ave
María, porque así de sencillo, me has abierto los ojos, y seguramente lo harás
en tantos jóvenes como yo, que necesitamos desesperadamente volver a creer.
Querido
Francisco, a partir de hoy, yo trabajaré contigo.
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Me encantó y emocionó mucho esta carta escrita por un joven!! Cuánta sabiduría en sus apenas 20 años!
ResponderEliminarAmo al Papa Francisco y todo lo concerniente a él me emociona hasta las lágrimas frecuentemente.