Los signos de los tiempos. En mi oración le pido al Señor que me ayude a
interpretar los signos, los muchos signos, que se están acumulando en todo el
mundo acerca de lo que se avecina en este cambio de época que nos ha tocado
vevir. Que vivimos un cambio de época, eso no lo duda nadie. Que se ha
acumulado mucho pecado, eso es algo de lo que nos llevan advirtiendo los
profetas del Altísimo desde hace una generación. Que la Biblia nos advierte que
cada acción conlleva consecuencias es algo que ya nos dice hasta la misma
razón.
No quiero asustar al personal. Pero, desde hace tiempo, los signos de
los tiempos son tremendos. Entre otros signos, tales como la caída de pájaros muertos
del cielo, están los ruidos inexplicables que se oyen del cielo o de lo
profundo de la tierra. Nunca lo había dicho aquí, pero yo fui testigo de uno de
esos ruidos inexplicables. Algún día lo contaré por aquí. Pero fue una cosa que
me impactó muchísimo. Me ocurrió en un paseo con un franciscano por Roma. Fue
algo que me impresionó muchísimo. Por eso, cuando más gente ha hablado de esos
ruidos inexplicables en todo el mundo, he sabido que es cierto, que no son
imaginaciones de la gente.
Se acerca un gran viernes santo para la Humanidad. No quiero parecer un
visionario. Cuanto me gustaría aparecer como alguien serio y respetable. Pero
como pastor debo advertir en la medida de mis posibilidades que tanto aborto,
tanta infidelidad en la familia, tanto egoismo, tanta soberbia contra Dios,
tanto olvido del sentido de la existencia, tanta agresividad contra la
verdadera religión, tantas y tantas iniquidades se han acumulado y han
decantado la balanza del rigor divino.
Pero tranquilos, no os preocupéis, según otros todo esto que padecemos y lo que nos va a ocurrir, es sólo economía, sociología y geopolítica.
Publicado por Padre Fortea
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