martes, 19 de febrero de 2013

VATICANISTAS DEL MUNDO, ¡UNÍOS!


Las conocidas como Profecías de San Malaquías, tienen dos pequeños problemas: que no son de San Malaquías y que no son profecías. Entre la palabra profecías y San Malaquías, nos queda la preposición. La preposición de, completamente suelta, parece que es cierta.

La dichosa lista que tan felices ha hecho a tantos deseosos de ejercitar la imaginación, apareció cuatrocientos años después de muerto el buen San Malaquías. Apareció como una lista suelta en un monasterio, sin ninguna fiabilidad.

¿Pero qué profecía es de decir de un Papa: Cruz de cruz, o fuego ardiente, o fe intrépida, o pastor angélico? Como ésas yo me puedo inventar 400 en una hora, y dejar después a los lectores que realicen esta especie de divertido puzzle, en el que basta con encajar una pieza. Y aun se la puede forzar un poco. Porque hay piezas que se resisten sin ningún sentido. Aunque hay piezas como Pastor Angelicus que encajan de maravilla en cualquier lado, derecha y del revés. Es una pieza muy agradecida.

Nostradamus va en la misma línea. Hoy día hubiera sido un respetado vaticanista. Y en cierto modo, para todos los actuales vaticanicrólogoscomplotistas el Vaticano no ejerce acaso la fascinación de un gigantesco Test de Rorschach. ¿No se ha convertido el Vaticano en una especie de ejercicio creativo donde liberar todos sus traumas subsconscientes? Entre periodistas-escritores se ha dado una carrera por ver quién da más. Y algunos desde la profundidad del desierto de los Monegros o desde Orejilla del Sordete afirman saber con toda seguridad qué está pasando en el centro del Collegio Cardenalicio.

Una vez escuché una barbaridad a un vaticanista de un respetado periódico, una barbaridad rebozada de la más increíble ignorancia. ¿Creéis que me enfadé? ¡Pues no! Ni lo más mínimo. Le sonreí, le puse la mano sobre el hombro con bondad, y le dije: vaticanista tenías que ser.

PUBLICADO POR PADRE FORTEA

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