sábado, 19 de enero de 2013

ODETINHA, LA NIÑA SANTA CARIOCA DE NUEVE AÑOS QUE HABLABA CON JESÚS DESDE LOS CUATRO



Abierto el proceso de beatificación.

La diócesis de Río de Janeiro está estudiando ya un milagro por intercesión de la pequeña, fallecida en 1939.

A partir del próximo domingo, día 20, los restos mortales de la Sierva de Dios Odette Vidal de Oliveira, conocida como "Odetinha", estarán depositados en una urna para visitación pública.

El pasado día 10 de enero, el arzobispo metropolitano de Río de Janeiro, Orani João Tempesta, divulgó un comunicado informando de que los restos mortales ya habían sido exhumados y estarían disponibles para visitación pública en la Basílica de la Inmaculada Concepción, en Botafogo, capital carioca. La parroquia Inmaculada Concepción fue el lugar de formación y catequesis y donde Odetinha recibió la primera eucaristía.

La apertura oficial del proceso de beatificación y canonización de Odetinha tuvo lugar este viernes 18, formando parte de la Trecena de San Sebastián, iniciada el día 7 de enero.

Odetinha

Odette Vidal de Oliveira nació en el barrio carioca de Madureira el 15 de septiembre de 1930. Sus padres la llamaban cariñosamente Odetinha. A pesar de muy joven, era reconocida por todos como un lirio de pureza y caridad. Poseía un amor extraordinario a Jesús Sacramentado e iba a la misa con frecuencia con su madre. Desde los cuatro años tenía coloquios íntimos con Jesús en el Santísimo Sacramento.

Su familia se mudó al barrio de Botafogo, zona sur de Río de Janeiro, y allí ella tuvo oportunidad de prepararse y hacer su Primera Comunión. La ceremonia se dio en el colegio San Marcelo, de la parroquia Inmaculada Concepción, al lado de su casa, el 15 de agosto de 1937. Ella tenía siete años de edad. Desde entonces, al recibir sacramentalmente la comunión, ella decía: "¡Oh mi Jesús, venid ahora a mi corazón!". Su confesor testificó su fe viva, confianza inamovible, intenso amor a Dios y al prójimo.

Odetinha demostró poseer un profundo amor hacia los pobres y ejercitaba la búsqueda de la santidad de forma impresionante y extraordinaria para una niña tan joven. Y de eso, en su corta vida, dio innúmeras muestras que por muchas personas fueron comprobadas.

Tenía una vida de piedad grande. La modestia y el pudor fueron una gran señal de su alma pura y buena. Rezaba el rosario diariamente, tenía total confianza en Nuestra Señora. Se quejaba, también, por el hecho de que San José sea tan poco honrado.

Santa muerte y un posible milagro

Sus últimos días fueron vividos dentro de una dolorosa enfermedad, la meningitis Ella hizo gala de la paciencia cristiana. En medio de tantos dolores, decía: "Yo os ofrezco, oh mi Jesús, todos mis sufrimientos por las misiones y por los niños pobres". Murió el 25 de noviembre de 1939. Recibió la Santa Comunión a las 7:30 horas y decía en su Acción de Gracias: "Mi Jesús, mi amor, mi vida, mi todo". Serenamente, a las 8:20 horas, entregó su alma a Dios. Su tumba se sitúa en la cuadra 6, nº 850, en el Cementerio San Juan Bautista (Botafogo).

Su biografía oficial, lanzada al año siguiente de su muerte por el padre Afonso Maria Germe, causó gran conmoción en la sociedad carioca.

Según explicó Joao Claudio Loureriro do Nascimento, historiador miembro de la comisión archidiocesana de beatificaciones, el milagro que podría servir para la de Odetinha es la reversión espontánea de una grave hemorragia que padeció una mujer después de dar a luz.

Gaudium Press / ReL

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