lunes, 10 de diciembre de 2012

SAN JUAN DIEGO, EL MENSAJERO DE MARÍA DE GUADALUPE



San Juan Diego Cuauhtlatoatzin fue el vidente y mensajero de la Virgen de Guadalupe. Además de un ejemplo de humildad, también lo es de obediencia y de caridad.

Juan Diego, el macehual.

El Nican Mopohua, texto que narra las apariciones de la Virgen de Guadalupe, presenta a Juan Diego como “un macehual”, esto es en lengua náhuatl un hombre del pueblo simple y llano, sin nobleza, riqueza o poder. Juan Diego fue un hombre de trabajo diario y duro y al mismo tiempo sabía ser un hombre de oración. Cuando la Virgen María de Guadalupe se le apareció, iba de camino al templo para escuchar la Santa Misa y recibir la formación cristiana. Por tanto, podemos decir que Juan Diego vivía su vida con integridad, según se lo permitía su situación.

LAS VIRTUDES DE SAN JUAN DIEGO

Sin duda, Juan Diego poseía virtudes de las que debemos aprender. Primeramente vemos que era disciplinada, pues se levantaba temprano para ir a los oficios divinos y al catecismo. Esta disciplina ayudó en el encuentro de la Virgen María, pues una vez que recibió el mensaje de la Virgen, Juan Diego no desistió de su misión hasta que lo llevó al Obispo Fray Juan de Zumárraga.

Igualmente, Juan Diego es un ejemplo de humildad, pues esperó pacientemente a que el Obispo escuchara su mensaje. Teniendo en cuenta la autoridad que la Virgen María le confería, no pensé en abandonar su misión, sino que esperó para completarla.

Aprendamos de San Juan Diego las virtudes que pueden hacer mejor nuestra vida, nos pueden acercar a nuestra familia y nos pueden predisponer a un mejor acercamiento a Dios a través de su Madre, Santa María de Guadalupe.

Gabriel González Nares

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