lunes, 31 de diciembre de 2012

DON INCOMPARABLE DE DIOS



La fe es un don precioso que hay que alimentar en los propios hijos.

Los padres “no son los amigos o los dueños de la vida de sus hijos, sino los custodios de este don incomparable de Dios”. Lo indicó el Papa durante el Ángelus, al recordar a la familia de Jesús. Benedicto XVI invitó a “que el amor, la fidelidad y la dedición de María y José sirvan de ejemplo para todos los esposos cristianos”. En la familia de Jesús, añadió, hay un “misterio lleno de fe y de humanidad”, al que podemos entrar siguiendo el ejemplo de María y José.

“La preocupación de María y José por Jesús -explicó Benedicto XVI- es la misma de cada padre que educa a un hijo, lo introduce a la vida y a la comprensión de la realidad”. Después de haber invitado a una “necesaria y especial oración al Señor por todas las familias del mundo”, el Pontífice expresó su deseo de que “los padres se preocupen seriamente por el crecimiento y la educación de los propios hijos, para que maduren como hombres responsables y ciudadanos honestos, sin jamás olvidar que la fe es un don precioso que hay que alimentar en los propios hijos también con el ejemplo personal”.

“Al mismo tiempo -prosiguió-, oremos para que cada niño sea acogido como don de Dios, sea sostenido por el amor del padre y de la madre, para poder crecer como el Señor Jesús «en sabiduría, edad y gracia ante Dios y los hombres» (Lc 2,52)”.

“El silencio de José -concluyó el Papa-, hombre justo (cfr Mt 1,19), y el ejemplo de María, que guardaba todo en su corazón (cfr Lc 2,51), nos hagan entrar en el misterio lleno de fe y de humanidad de la Santa Familia. Deseo a todas las familias cristianas vivir en presencia de Dios con el mismo amor y con el mismo gozo de la familia de Jesús, María y José”.

Autor: Benedicto XVI

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