domingo, 18 de noviembre de 2012

SALVADOR SOSTRES: «SIN LA IGLESIA, EL ESTADO MAÑANA MISMO ENTRABA EN BANCARROTA»



«No tengo ningún gusto por la polémica»

Presidir una multinacional no es más importante que ser ama de casa, sostiene en una entrevista en «La Gaceta».

¿Ha cambiado Salvador Sostres desde los años del Avui a la actualidad de El Mundo? Gonzalo Altozano se lo ha preguntado en La Gaceta, y la respuesta deja en el aire los matices: "Si pensara y escribiera como hace diez años, significaría que no he aprendido nada, que sigo leyendo lo mismo, que no he conocido a otras gentes. ¡Sería dramático!".

Y esto vale tanto para las opiniones sobre el independentismo catalán ("no siento ninguna simpatía, diría incluso que poco respeto, con los que no asumen con virilidad su vida y sus circunstancias, con los que responsabilizan a los demás de sus propios fracasos") como para las referidas a la situación económica ("para que una sociedad sea rica en derechos y libertades ha de ser próspera, y para eso nada mejor que los empresarios ganen dinero").

A Sostres le persigue la polémica, pero afirma que la culpa no es suya y que no tiene el "afán por epatar" por el cual le interroga el entrevistador: "Digo y escribo lo que pienso y no tengo ningún gusto por la polémica. Otra cosa es que la gente se escandalice o no; están en su deber y en su derecho, yo eso no lo puedo controlar. A veces, eso sí, me sorprende que cosas que me parecen obviedades causen tanto estupor en alguna gente. Será que muchos cerebros están podridos de corrección política y pensamiento buenista".

Y como no es su caso, hace una encendida defensa del papel de la Iglesia en la sociedad española: "Cuando la gente pasa hambre ¿adónde va, a la puerta del sindicato o a la de la parroquia? Pues ya está. Mire, si la Iglesia no fuera capaz de repetir a diario el milagro de los panes y los peces, el Estado mañana mismo entraba en bancarrota, y sin posibilidad de rescate. Sin lugar a dudas, y dicho de manera poco ortodoxa, la Iglesia es la gran ONG del mundo".

Tampoco está en contra de la "liberación de la mujer", como se le ha achacado: "Nunca he arremetido contra la liberación de la mujer. Lo que pasa es que a las cosas ya se las llama de cualquier manera. Lo que sí he dicho es que inculcar a la mujer que el único modo de realizarse es siendo alta ejecutiva es de una estupidez supina y de una mala leche sin límite que ha arruinado muchas vidas".

¿Acaso está en contra de la incorporación de la mujer al trabajo? "Evidentemente no. Que cada una haga lo que le guste, pero con libertad y sin presiones. La que quiera presidir una multinacional que la presida. Y la que quiera ser ama de casa que lo sea. Sólo una persona intelectualmente limitada puede llegar a la conclusión de que lo primero es más importante que lo segundo".

Y una última perla que involucra a un Papa: "La humanidad no ha vuelto a repetir una combinación de liderazgo como la de Juan Pablo II, Ronald Reagan y Margaret Thatcher".

ReL

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