Ya se interpreta como un perdón.
En la carta del exmayordomo al Papa decía ser consciente de haberle ofendido y de haber defraudado su confianza, por lo que le pedía perdón...
Benedicto XVI habría perdonado a su mayordomo Paolo Gabriele, condenado con sentencia definitiva por el robo de documentos reservados de los aposentos papales que terminaron en las páginas del libro del periodista italiano Gianluigi Nuzzi. Lo revela Antonio Socci, periodista y escritor, en el periódico “Libero”.
Después de haber contestado la carta de disculpas que el ex ayudante de cámara envió a Benedicto XVI mediante los tres cardenales que se están ocupando de la investigación sobre los “vatileaks”, Socci escribe: «Cuando el secretario de la comisión cardenalicia, el padre Martiniani, entregó al Papa la carta autógrafa de Gabriele, en la que se decía consciente de haberle ofendido y de haber defraudado su confianza, por lo que le pedía perdón, Benedicto XVI respondió enviando a Gabriele un libro de los salmos (que aparecía citado en la carta). El libro, que lleva la firma autógrafa del Papa con su bendición apostólica dirigida personalmente a Gabriele y el sello de la secretaría particular del Pontífice, fue llevado directamente desde Castel Gandolfo, en donde se encontraba el Papa durante esos días, a las manos de Gabriele (el Pontífice se preocupó además por la situación de la familia)».
«Todo esto – continúa el autor del artículo – era la promesa para la gracia que se esperaba después del veredicto». Según Socci, el gesto de enviar el libro autografiado debe ser interpretado como una señal concreta del perdón papal.
Mientras el retraso de la concesión de la gracia, que muchos se esperaban después de la sentencia definitiva, se debería – según el periodista de “Libero” – más a una voluntad de la Secretaría de Estado que del mismo Pontífice, puesto que Garbiele no pidió perdón a las demás personas afectadas por la divulgación de los documentos, en particular el primer colaborador de Ratzinger, el cardenal Tarcisio Bertone».
Socci subraya la dureza del comunicado que difundió la Secretaría de Estado el pasado 25 de octubre, día en el que Paolo Gabriele volvió a las celdas de la Gendarmería vaticana después de que la sentencia de condena a un año y medio de cárcel fuera pronunciada. Y espera que al final prevalezcan «la bondad y la sabiduría del Santo Padre».
«Sería – concluye – un ejemplo para el mundo. El Padre Pío siempre decía: “Dios quiere que nuestra miseria sea el trono de Su misericordia”».
De cualquier manera, es difícil imaginar que el comunicado del 25 de octubre no haya recibido la aprobación de Benedicto XVI, así como suponer que la ausencia (hasta ahora) del anuncio de la gracia no dependa de la voluntad del Papa en primer lugar, dado que compete solo al Pontífice y a su soberana decisión la eventual concesión del perdón.
Andrea Tornielli / Vatican Insider
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