viernes, 21 de septiembre de 2012

CONOCIMIENTO DEL DEMONIO



Es la segunda vez en menos de un año…, que escribo sobre este tema. Insisto en él, pues lo considero muy importante para todo lector, que se tome en serio su lucha ascética, pues en ella el enemigo a batir es precisamente el demonio. Por lo tanto muchas o algunas de las cosas que voy a escribir a continuación, para algunos les sonará a chino, e incluso se sonreirán, si es que leen esta glosa, cosa que dudo, porque la primera batalla contra el demonio la habrán perdido ya y habrán aceptado su teoría de que él no existe y que todo, tan solo es el resultado de mentes medievales. Y a ti, que como yo tenemos mentes medievales, me dirijo escribiéndote.

El anonimato le es esencial al demonio para poder actuar, por ello existe la extendida idea de que, el demonio no existe y lo que sí existe es el mal, pero como algo abstracto. Resulta curioso que los mismos partidarios de la no existencia del demonio, más tarde se pasen con suma facilidad a la adoración demoniaca. La existencia del demonio es un dogma declarado, en los Concilios IV de Letrán y el de Trento. Hay que pensar y saber, que para nuestra desgracia el demonio existe, pero…, no es precisamente su existencia la que nos hace desgraciados, porque sin su existencia, como decía un autor, no tendríamos escala alguna para llegar al cielo. Porque al carecer de alguien o de algo que nos tentase y nos atizase en las tentaciones, careceríamos de la posibilidad de demostrarle al Señor que le amamos y no tendríamos medio alguno, de poder hacer méritos probando nuestro amor al Señor; la existencia del demonio, nos es necesaria, para triunfar en nuestra lucha ascética. ¿Qué lucha íbamos a tener, si careciésemos de enemigo?

El demonio es nuestro principal enemigo, que circula libremente entre nosotros. No pensemos, por ejemplo, que estamos libres de sus maquinaciones, por encontrarnos dentro de una Iglesia y más concretamente adorando al Santísimo. Y esto ¿por qué?... En el capítulo 12 del Apocalipsis, se nos narra el relato del intento de agresión del demonio a la Virgen, y como después de salir derrotado: “Entonces despechado contra la Mujer, se fue a hacer la guerra al resto de sus hijos, los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús”. (Ap 12,17). Nosotros nos encontramos aquí para cumplimentar y superar una prueba de amor al Señor, quien más ame de nosotros, más triunfará y será glorificado. La condena del demonio y de sus demonios, es temporal. El Apocalipsis nos dice que los demonios fueron precipitados sobre la tierra: su condena definitiva aún no se ha producido, si bien es irreversible la selección efectuada en su momento que distinguió a los ángeles de los demonios. Todavía conservan por tanto un poder permitido por Dios, aunque “por poco tiempo”. Por eso apostrofan a Jesús, diciéndole: “¿Has venido aquí a atormentarnos antes de tiempo?” (Mt 8,29)”.

De la contemplación del Rostro de Dios, el afortunado que lo llega a alcanzar, que como impregnado de las cualidades divinas, no en la misma proporción que tiene Dios, pues Él es un ser infinito, sin principio ni fin, y nosotros al igual que los ángeles en nuestras almas somos eternos, aunque más bien somos inmortales mas que eternos, porque nosotros hemos tenido un principio, nos ha creado Dios, que es el único Ser eterno porque careced de principio y de fin, los demás todos hemos tenido un principio en nuestra creación. Por ello cuando lleguemos a la contemplación de la Luz que emana del Rostro de Dios, adquiriremos unas cualidades desconocidas para nosotros y las que ya tenemos, como por ejemplo, nuestra inteligencia, se verá tremendamente potenciada, siempre en función del grado de gloria que alcancemos por razón del amor a Dios que hayamos tenido en esta vida.

Por ello tanto los ángeles que nos protegen como los demonios que nos tientan y acosan, son tremendamente superiores a nosotros. Se dice y así es, que si no fuese por la gracia divina y la inhabitación Trinitaria en nuestras almas, el demonio jugaría con nosotros como un niño con sus canicas y de hecho así lo hace, con las personas que no viven en la gracia y amistad divina. Ni al demonio ni a los ángeles, les permite el Señor acceder a nuestra inteligencia y mucho menos a nuestra voluntad, si lo permitiese, nosotros estaríamos todos ya condenados. En cuanto a nuestra memoria, hay autores que mantienen que el Señor les permite acceder a ella, puede ser que si o que no. Pero al demonio esto no le importa, pues él nos conoce a cada uno de nosotros perfectamente, por los actos que hemos realizado en el transcurso de nuestras vidas y tiene perfecta memoria de todo, y desde luego de nuestros puntos flacos.

Nuestra imaginación es una tremenda aliada del demonio, ella es siempre estimulada por el demonio, que sabe que la imaginación es quien nos estimula creándonos una fuente de deseos, muchos de ellos irrealizables. Tener una imaginación incontrolada es un verdadero peligro, el demonio introduce en ella representaciones que halagan nuestro amor propio y nuestros sentidos. También encuentra el demonio un poderoso aliado en la propensión a soñar que todos tenemos.

Domenico Mondrone S.I, es un exorcista italiano, que por mediación de la Virgen sostuvo unas conversaciones con el demonio, que publicó en in libro titulado: "Un exorcista entrevista al diablo”.

De este libro transcribo unos interesantes párrafos. “No se necesita mucha habilidad para atraparos en el lazo a vosotros, miserables. Sois tan estúpidos y tan frágiles que da vergüenza a quien os ha amasado. Normalmente, puestos delante de lo que Él os prohíbe, basta un pequeño empujón”.

Esto puede suceder con almas desprevenidas, que no tienen suficiente temor de Dios, que no recurren a los medios para vencer tus tentaciones, sobre todo si no oran y si no tienen contacto con el Señor... ¿Pero las otras?" “A éstas me las como lo mismo; se necesita solo un poco más de tiempo y de paciencia. Basta conocer los gustos, las tendencias, los innumerables enganches que todos lleváis consigo y con los cuales os aferráis: la lujuria, la ira, la ambición, la envidia, el orgullo, la sed de dinero, de bienes terrenos, la maledicencia... Si supieseis los servicios que nos hace una lengua maléfica sembradora de discordias...

A las almas que muestran mayor resistencia no me acerco jamás a ellas con un asalto frontal. Las conquistó con maniobras y doy vueltas alrededor, o excavando el terreno bajos sus pies, provocando las pasiones hasta cansarlas, y llevándolas también a la desesperación. Persuadiéndolas poco o poco de que ciertos mandamientos son imposibles: que vuestro amo es un tirano; que tal cosa no puede ser pecado...”

"Es la artimaña que hoy estas utilizando mas, demoler el sentido del pecado...”"También aquí mis mejores colaboradores son los sacerdotes... Si supieses cuánto me ha costado cansarles de estar en aquellas casetas para escuchar cantinelas!... Así finalmente he logrado que se predique que la confesión no es necesaria, he logrado despoblar los confesonarios y enviar un montón de gente, que es mía, a hacer grandes comilonas de comuniones. Si supieses a cuántas meretrices, a cuantos comilones y profanadores, ladrones y violentos les mando a recibirla´”.

Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.

Juan del Carmelo

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