En el naufragio de tu vida, tiene que levantarse sentido de destino y de propósito, para que puedas resucitar.
¿Por qué Cristo resucitó? Porque él sabía que muerto no hacía nada. ¿Por qué Cristo regresó después que resucitó?
Él pudo haberse quedado en el cielo, pero vino a decirle a los once que estaban deprimidos que toda autoridad le había sido dada, y que ahora podían ir y transformar las naciones.
No hay resurrección, si no hay sentido de propósito.
Un día Pablo zarpó, y una tormenta comenzó a azotar el barco de manera tal que estaban lanzando las cosas porque pensaban que se hundirían.
Al otro día, Pablo se levantó y le dijo a todos que la noche anterior había tenido un encuentro con Dios. Que un ángel le dijo que ninguna de sus vidas se perdería. ¿Por qué? Porque él tenía que ir a predicar.
Si tú no tienes sentido de destino y de propósito, pégate a alguien que lo tenga, y tú vas a llegar al otro lado, porque si el barco se está perdiendo, todo lo que hace falta es que haya alguien que sepa que hay una razón por la que vivir.
Si tú piensas que todo está perdido, y que no tienes razón para vivir, si tus hijos, tu matrimonio, tu familia, no son suficientes razones, el Dios Todopoderoso que dio la vida por ti en la cruz del Calvario, debería ser razón suficiente para levantarte de ese problema.
Tú debes salir de las deudas, no debes seguir pagando intereses por los próximos treinta años. Ese dinero debería quedarse en tu familia, debería ser la herencia de tus hijos, debería utilizarse para la educación de tu familia, para dejar un legado. Tú deberías levantarte y prosperar, porque hay razón.
El barco se puede perder, pero tu vida no se va a perder, porque tú tienes algo que hacer.
Quizás hay crimen en tu país, hay crimen en todos lados, pero la pregunta es: ¿Qué estamos haciendo? Quizás tú no tienes un plan anticrimen, pero puedes ganarte a una persona para el Señor que sí lo tenga, o puedes cambiar a uno que no se va a convertir en un criminal, puedes transformar una generación.
En el naufragio de tu vida, tiene que levantarse sentido de destino y de propósito, para que puedas resucitar.
En Mateo 28:17, dice que cuando vieron a Cristo, le adoraron, y algunos dudaron. Ese es el problema, que mientras unos adoramos, otros todavía dudan.
¿Por qué algunos dudaban? Dice unos versos antes, en Mateo 28:12 que le pagaron mucho dinero a los soldados para que mintieran, diciendo que los discípulos habían robado el cuerpo en la noche, mientas ellos dormían.
La verdad cuesta dinero, pero la mentira cuesta mucho dinero. Un buen matrimonio cuesta dinero, pero más cuesta el adulterio. Lo que pasa es que el mundo está dispuesto a dar mucho dinero por las mentiras.
Hoy hay algunos que todavía dudan porque el mundo ha pagado para mentirles, para persuadirlos a ser escépticos, a no creer en el poder de Dios. Lo curioso es que aquellos soldados son los mismos que estuvieron allí frente a la tumba, y tuvieron una experiencia con el Cristo resucitado.
Afuera en el mundo hay un montón de gente que tuvo una experiencia con el Cristo resucitado, y hoy les pagan para que te mientan. Hay soldados que están cobrando mucho dinero para decirte que él no resucitó, que él no quiere encontrarse contigo, y que todo lo que él dijo era una mentira.
No podemos tener miedo a poner dinero para que se predique el evangelio, porque la verdad necesita ser predicada, y de la misma manera que la mentira se promueve con dinero, la verdad se promueve con dinero, con menos dinero que la mentira.
Hay algunos que dudan mientras otros adoramos, y lo grande de todo es que el Cristo resucitado se le aparece a los dos.
El resucitado está para los que le adoran y para los que dudan, porque no se trata del que adora y del que duda, se trata de que lo que él dijo, él lo va a hacer. Y él dijo que se iba a encontrar con ellos, como dijo que se iba a encontrar contigo. Tú que has dudado, él vino a decirte: Toda autoridad me ha sido dada.
Nada te debe dominar. Deja de creer las mentiras del mundo.
Otoniel Font
No hay comentarios:
Publicar un comentario