La
escena del Cardenal Cayetano reuniéndose con Martín Lutero, la vi hace un mes
en una pésima película. Como siempre, el cardenal aparece como un impresentable
bobo. Lo que la gente no suele saber, es que el purpurado era un apasionado del
estudio, un hombre lleno de celo por la reforma de la Iglesia y un clérigo de
austeras costumbres.
Lo
que tampoco suele saberse es que Lutero como persona tuvo una vida, que no
tiene por donde cogerse. En el encuentro con el cardenal, Lutero estaba hecho
un verdadero lío y demostró ser un soberbio de mucho cuidado. He leído varios
libros sobre Lutero y sobre su figura hay (hoy día) un acuerdo casi universal:
es mejor fijarse en sus ideas. Aunque sus ideas cambiaran de mes a mes, y de
año a año.
Si
he escrito estas líneas es porque algunos católicos disidentes siempre están
mirando al protestantismo como un ejemplo para la Iglesia. A todos esos
católicos troyanos hay que decirles claramente: la única Iglesia Bíblica es la
Santa Iglesia Católica. El resto de ovejas que siguen a otros pastores forman
comunidades que todas ellas expresamente están en desacuerdo con alguna parte
de la Biblia. La Iglesia Católica es la única que encaja perfectamente en todos
y cada uno de los versículos que componen las 1500 páginas de la Biblia.
Los
protestantes son buena gente. Pero Lutero resulta bastante penoso hasta para
sus fans. En la foto de arriba pongo a uno que se alegró mucho de la rebelión
protestante. Que le pregunten a él qué pensaba de esa insurrección teológica.
Publicado por Padre Fortea
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