jueves, 12 de julio de 2012

LAMENTACIONES DE LA CASTAÑA A DIOS SU CREADOR


En Cataluña, alrededor de la festividad de Todos los Santos, la gente se reúne a comer castañas y unos pastelitos que se llaman "panallets". En un pueblo, Cassà de la Selva, por el que tengo un especial afecto, con motivo de la castañeada del año 2000, el Hno. Salvador Coma escribió este texto que os traduzco.

"- ¿Por qué, oh Señor, que yo creía bondadoso, me has hecho nacer tan áspera y lleno de pinchos?

Y el Señor, al que la castaña con acierto creía bondadoso, le respondió:

-Para que aprendas, que tan sólo madurando las personas dejan su aspereza y aprenden a convivir.

- ¿Por qué, oh Señor, que yo creía bondadoso, me has hecho tan cerrada y recluida en mi misma?

Y el Señor, al que la castaña con acierto creía bondadoso, le respondió:

- Para que aprendas, que únicamente después de haber entrado en ti misma, con un largo tiempo de reflexión y silencio, puedes llegar a entender a los que están a tu lado.

- ¿Por qué, oh Señor, que yo creía bondadoso, estoy sin luz y casi sin poder respirar?

Y el Señor, al que la castaña con acierto creía bondadoso, le respondió:

- Para que sepas lo triste que es la oscuridad; descubras la belleza de las cosas que te rodean y lamentes la situación de los que, aunque ven, viven en la oscuridad y la ceguera.

- ¿Por qué, oh Señor, que yo creía bondadoso, me has puesto tan cerca de mis hermanas como si fuéramos siamesas sin podernos independizar?

Y el Señor, al que la castaña con acierto creía bondadoso, le respondió:

- Para que agradezcas la proximidad de los que te aman y están siempre a tu lado, muy cerca de ti, siempre que los necesitas y que muchas veces creías que te molestaban y no los necesitabas.

- ¿Por qué, oh Señor, que yo creía bondadoso, me has vestido con este color marrón tan triste y poco vistoso?

Y el Señor, al que la castaña con acierto creía bondadoso, le respondió:

- Para que no valores a las personas por su apariencia y descubras que la riqueza de los hombres está en su interior.

-¿Por qué, oh Señor, que yo creía bondadoso, me has hecho redonda y gordita, hoy que está de moda estar delgada y estilizada?

Y el Señor, al que la castaña con acierto creía bondadoso, le respondió:

- Para que aprendas a repartir generosamente todo lo que te sobra con los que de verdad lo necesitan. Y para que tengas claro que, aquello que desprecias y crees que te sobra, muchos lo encuentran a faltar.

- ¿Por qué, oh Señor, que yo creía bondadoso, me has dejado caer al suelo sin miramientos al primer soplo del viento?

Y el Señor, al que la castaña con acierto creía bondadoso, le respondió:

- Para que sepas que, a pesar de sentirte a menudo sola y desamparada, cuando te llegue un fuerte golpe en tu vida, siempre encontrarás alguien que pensará en ti y te recogerá del suelo. Así recobrarás la confianza en los hombres buenos, que existen en el mundo más de los que crees...

Y la castaña... calló... ¿convencida?... ¿desconfiada?... ¿incrédula?...

Reflexionemos unos instantes..."

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