Benedicto XVI, en la Santa Misa con
los nuevos arzobispos metropolitanos, del pasado 29 de junio, hablo en su
homilía de un tema muy interesante: la fragilidad y la fortaleza del papado. A
continuación comparto con ustedes unos pasajes que seguro que les harán
reflexionar:
“En el pasaje del Evangelio de san
Mateo que hemos escuchado hace poco, Pedro hace la propia confesión de fe a
Jesús reconociéndolo como Mesías e Hijo de Dios; la hace también en nombre de
los otros apóstoles. Como respuesta, el Señor le revela la misión que desea
confiarle, la de ser la “piedra”, la “roca”, el fundamento visible sobre el que
está construido todo el edificio espiritual de la Iglesia Pero ¿de qué manera Pedro es la roca? ¿Cómo
debe cumplir esta prerrogativa, que naturalmente no ha recibido para sí mismo?
El relato del evangelista Mateo nos dice en primer lugar que el reconocimiento
de la identidad de Jesús pronunciado por Simón en nombre de los Doce no
proviene ´de la carne y de la sangre´, es decir, de su capacidad humana, sino
de una particular revelación de Dios Padre. En cambio, inmediatamente después,
cuando Jesús anuncia su pasión, muerte y resurrección, Simón Pedro reacciona
precisamente a partir de la “carne y sangre”: Él “se puso a increparlo: … Señor
eso no puede pasarte” Y Jesús, a su vez, le replicó: “Aléjate de mí, Satanás.
Eres para mí piedra de tropiezo”. El
discípulo que, por un don de Dios, puede llegar a ser roca firme, se manifiesta
en su debilidad humana como lo que es: una piedra en el camino, una piedra con
la que se puede tropezar”
Es evidente que el Papa es un ser
humano con toda la carga de fragilidad que conlleva. En estos tiempos estamos
viendo como se acosa al Papa y a la Iglesia desde muy diversos frentes. Seguramente
muchos pensarán que desacreditando la Papa se consigue confundir a muchos
católicos y no van descaminados. Muchas personas recogen únicamente las
referencias que se hacen desde los medios generalistas que tienen una especial
pugna con la Iglesia. Son los clichés de siempre lo que continuamente nos echan
encima. Son los prejuicios que necesitan de valentía para ser vencidos. Ya nos
dijo Cristo que la Verdad nos hace libres, pero la Verdad necesita ser aceptada
en nuestros corazones antes de liberarnos.
El papado es frágil, porque el ser
humano es frágil. Pero es frágil en el sentido de que puede ser desacreditado
con facilidad. Los católicos que conocemos qué sentido tiene la figura del
Santo Padre, sabemos que los cantos de sirena son sólo eso, melodías enfocadas
a atraer a quienes le prestan oídos. Cantos que realimentas los prejuicios que
alejan a tantas personas de la Iglesia.
Pero el papado también es fuerte. Es
la Piedra que se apoya en Cristo para que prevalezca a la maldad de la
sociedad. ¿En qué sentido es firme el papado? En su capacidad de ser símbolo de
Cristo en la tierra y en la función de guía que tiene para todos nosotros. Esto
no cambia por muchos Vatileaks o complots se pongan en práctica.
Pero hay que ser consciente que la
misma Roca puede conformarse en piedra que el enemigo utiliza para hacernos
tropezar en nuestro camino. Es el escalón que no vemos y nos hace tropezar si
desconocemos su existencia. Por eso es tan importante conocer el sentido de
Primado de Pedro más allá de las maniobras de descrédito que se ciernen sobre
la Iglesia.
“Así se manifiesta la tensión que
existe entre el don que proviene del Señor y la capacidad humana; y en esta escena entre Jesús y Simón Pedro vemos
de alguna manera anticipado el drama de la historia del mismo papado,
que se caracteriza por la coexistencia de estos dos elementos: por una parte,
gracias a la luz y la fuerza que viene de lo alto, el papado constituye el
fundamento de la Iglesia peregrina en el tiempo; por otra, emergen también, a
lo largo de los siglos, la debilidad de los hombres, que sólo la apertura a la
acción de Dios puede transformar”.
Cuando nos echen en cara los
“escándalos” del Vaticano, pensemos que la palabra escándalo proviene de la voz
griega “skandalon”: piedra de tropiezo. Comuniquemos a quien nos intenta retar
que es necesario separar la Piedra de las debilidades humanas que le rodean.
Mostremos la luz que emana de la Iglesia y la fuerza que nos hace seguir
adelante siglo tras siglo.
Sepamos también capaces de comunicar
que las limitaciones y traiciones que todos cometemos sólo pueden ser
transformadas por la Gracia de Dios. Esta es la única manera de hacer mejor la
Iglesia: siendo cada vez mejores los que la conformamos.
“En el Evangelio de hoy emerge con
fuerza la clara promesa de Jesús: ´el poder del infierno´, es decir las fuerzas
del mal, no prevalecerán (...) Pedro ha de ser protegido de las ´puertas del
infierno´ del poder destructor del mal (...) Es confortado con respecto al futuro de la Iglesia, de la nueva comunidad
fundada por Jesucristo y que se extiende a todas las épocas, más allá de
la existencia personal del mismo Pedro”.
Oremos por
el Papa y sus intenciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario