Dios nos habla cada día. ¿Sabemos escucharlo? Quizá
nadie nos enseñó su idioma, ni nos indicó dónde habla. La vida está llena de
sus Palabras. Hay que saberlo escuchar... Él nos susurra sus palabras al oído...
Si vas por el mundo con realismo, tocando de pies al
suelo, pero con los ojos y el corazón mirando al cielo...
Si amas los bosques y los campos, los árboles más
insignificantes, rincones que te ofrece el paisaje...
Si bebes con gratitud el agua de las fuentes, que se
da incansable a los sedientos...
Si amas la naturaleza y con tu actitud y ejemplo
enseñas a los otros a respetarla...
Si te quedas extasiado escuchando el canto del pájaro
escondido, que canta sin saber por qué...
Si, caminando, recuerdas que la vida es un camino en
el que hay huellas que han dejado muchos otros para ti...
Si tratas a los demás como a tus hermanos, si con tu
trabajo contribuyes a dominar las cosas, sin dejarte dominar por ellas...
Encontrarás mis trazas en las cosas, la naturaleza y
las personas que te rodean."
(Traducido
del catalán y adaptado de una oración de Jaume Angelats)
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