lunes, 18 de junio de 2012

POR ORDEN DE DIOS, ESTUVE EN LOS INFIERNOS.


"Pedir la misericordia de Dios por todos para no ir al infierno"

Cuanto hace falta que Oremos por todas las personas, especialmente los que vemos que abiertamente viven en contra de las leyes de Dios, o que son pecadores obstinados, o que no creen que existe el infierno.

Y por supuesto también nosotros preocuparnos de nuestra propia salvación.

Santa Faustina visitó el infierno por permisión y orden de Dios.

Nos dice:

"Hoy he estado en los abismos del infierno, conducida por un ángel. Es un lugar de grandes tormentos, ¡qué espantosamente grande es su extensión!

Los tipos de tormentos que he visto:

El primer tormento, que constituye el infierno, es la pérdida de Dios; El segundo, el continuo remordimiento de conciencia; El tercero, aquel destino no cambiará jamás; El cuarto tormento, es el fuego que penetrará al alma, pero no la aniquilará, es un tormento terrible, es un fuego puramente espiritual, incendiado por la ira divina; El quinto tormento, es la oscuridad permanente, un horrible, sofocante olor; y a pesar de la oscuridad los demonios y las almas condenadas se ven mutuamente y ven todos el mal de los demás y el suyo; El sexto tormento, es la compañía continua de Satanás; El séptimo tormento, es una desesperación tremenda, el odio a Dios, las imprecaciones, las maldiciones,
las blasfemias.

Estos son los tormentos que todos los condenados padecen juntos, pero no es el fin de los tormentos.

Hay tormentos particulares para distintas almas, que son los tormentos de los sentidos: cada alma es atormentada de modo tremendo e indescriptible con lo que ha pecado. Hay horribles calabozos, abismos de tormentos donde un tormento se diferencia del otro. Habría muerto a la vista de aquellas terribles torturas, si no me hubiera sostenido la omnipotencia de Dios.

Que el pecador sepa: con el sentido que peca, con ese será atormentado por toda la eternidad.

Lo escribo por orden de Dios para que ningún alma se excuse [diciendo] que el infierno no existe o que nadie estuvo allí ni sabe cómo es.

Yo, Sor Faustina, por orden de Dios, estuve en los abismos del infierno para hablar a las almas y dar testimonio de que el infierno existe. Ahora no puedo hablar de ello, tengo, la orden de dejarlo por escrito. Los demonios me tenían un gran odio, pero por orden de Dios tuvieron que obedecerme.

Lo que he escrito es una débil sombra de las cosas que he visto.

Por: Wilson

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