Algunos
chicos se habían empezado a dar cuenta que Jorge era diferente. “Quizá debiera
haber insistido más con los padres, para que lo enviaran a una escuela
especial” pensó la maestra para sí misma.
“Para la
próxima clase” dijo la maestra a los chicos del tercer grado, “por favor,
traigan en una caja de huevos, algo que represente a la Pascua”.
Al día
siguiente, los alumnos llevaron las cajitas de cartón y las dejaron en el
escritorio de la maestra. Cuando las acomodaron, ella les dijo que no hacía
falta saber quien había traído cada cosa. Secretamente, buscaba proteger a
Jorge, quien podría haber estado limitado en la tarea.
Abrió la
primera caja. Y salió una mariposa! “Esa es mía!” gritó María. “¡Qué buena
idea!” dijo la maestra, ante la carita feliz de la alumna.
“Que hay en
la segunda caja?” Era una pequeña piedra recubierta de musgo. “Esa es mía”,
dijo Tomás. “Sí, el musgo representa nueva vida” dijo ella, “muy original,
Tomás”.
La tercera
caja estaba vacía. La dio vuelta y la sacudió. Algunos alumnos se reían. Ella
buscó la siguiente, pero Jorge la interrumpió, diciendo “Es mía, es mía!”.
“Si, Jorge,
gracias. Pero está vacía…”
“Si, dijo
él, el día de Pascua la tumba estaba vacía, y eso nos dio una vida nueva a todos nosotros”.
Unas semanas
después Jorge murió repentinamente, de un tumor cerebral.
En su ataúd,
sus compañeros de clase pusieron veinte cajitas, todas vacías, recordando así
como Jorge había entendido el significado de la verdadera Vida.!
Juan
11:25,26
Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mi, aunque este muerto vivirá.
Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mi, aunque este muerto vivirá.
2 Corintios 5:15
Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
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