Os hablo así para que os alegréis
conmigo y vuestra alegría sea completa. Mi mandamiento es este: Que os améis
unos a otros como yo os he amado. No hay amor más grande que el que a uno le
lleva a dar la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que
os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo;
os llamo amigos, porque os he dado a conocer todo lo que mi Padre me ha dicho. Vosotros
no me escogisteis a mí, sino que yo os he escogido a vosotros y os he encargado
que vayáis y deis mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el Padre os dará
todo lo que le pidáis en mi nombre. Esto es, pues, lo que os mando: Que os
améis unos a otros."
El domingo pasado Jesús nos decía que todos somos Uno. Nos lo explicaba con la alegoría de la viña. Pues bien, hoy nos dice con claridad qué es lo que nos une: el Amor.
El domingo pasado Jesús nos decía que todos somos Uno. Nos lo explicaba con la alegoría de la viña. Pues bien, hoy nos dice con claridad qué es lo que nos une: el Amor.
Sí, es una palabra tan usada que corremos el riesgo de no decir nada con ella.
Por eso nos explicita cuál es ese Amor que nos une: El que nos tiene Él a
nosotros, que no es otro que aquél con el que el Padre le ama a Él. Un Amor que
consiste en dar la vida por la persona amada, en entregarse totalmente.
Cierto que nos dice que hemos de obedecer sus mandamientos; pero luego
especifica: "Mi mandamiento es este: que os améis unos a otros como yo os
he amado."
Cristiano es aquél que cree en el Amor de Dios y este convencimiento le lleva a
amar a todo el mundo.
No es fácil amar como Él nos ama. El amor de Dios es la donación total y eso
nos parece imposible. No se nos piden imposibles, pero sí que lo intentemos,
que avancemos por ese camino...
En el texto de hoy tenemos una frase que, enfrascados en el tema del Amor,
puede pasarnos desapercibida "Os hablo así para que os alegréis conmigo
y vuestra alegría sea completa."
Jesús no nos quiere tristes. Quiere que nuestra alegría sea completa. Y es ahí
cuando nos invita al amor mutuo. Es ese Amor el único que puede hacer que
nuestra alegría sea completa. Nuestra sociedad pasa por momentos difíciles. Los
"indignados" vuelven a reunirse en nuestras plazas y cada viernes
estamos expectantes ante el Consejo de Ministros, esperando nuevos recortes... Me
temo que desde el político, pasando por el banquero, hasta llegar al más
humilde de nosotros, sólo estamos mirando nuestros intereses... Un amigo me
contaba, que tras ir a cenar a un restaurante, vio un grupo de personas que
esperaban en la puerta trasera para recoger las sobras. Por las noches, junto a
los supermercados, muchos esperan los productos caducados para llevarlos a
casa. Bancos de alimentos, parroquias, Cáritas, comedores sociales... no dan
abasto.
¿Estamos resolviendo la crisis con Amor, o intentando salvar nuestros
intereses? Nuestra alegría sólo será completa cuando sea la alegría de todos. Y
eso sólo podemos conseguirlo con el verdadero Amor, con nuestra donación... Transformando
el mundo en un gran abrazo.
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