jueves, 24 de mayo de 2012

HACE TIEMPO QUE NO HABLO DEL AMOR.


Una historia de amor otoñal

La historia comenzó algo antes del otoño. Quizá a mitad del verano. Él conoció a una chica por Internet y por teléfono. Debería decir más bien “sólo por Internet y por teléfono”. Se enamoró de su belleza. Después el carácter de ella también le atrajo tanto como su belleza. Ella era muy pasional. Él también.

Él insistía en conocerla, deseaba conocerla. Una y otra vez imaginaba el día en que se conocerían. Pero ella decía que necesitaba tiempo. Los meses pasaron.

Finalmente, comprendió él que ese día que se alejaba en el tiempo seguiría alejándose indefinidamente. Así que le dijo: sólo hay una cosa que quiero escuchar, y es tu voz diciéndome qué día concreto vienes a verme.

Pero esa voz nunca llegó a decir el día.

Él le había escrito espléndidos textos en prosa sobre el amor. Había hablado con ella horas y horas por teléfono.

Él le dijo desde el primer día que su amor era imposible. Pero que si ella quería podían vivirlo cada día como el último. El tiempo diría.

Al final, el día del encuentro no llegó. Extraño amor aquel que no busca el encuentro. Déjala, le dije, el amor no es para sufrir, sino para deleitarse en el ser amado. Si el amor es sólo espera...

El amor era imposible desde el primer día. Ella, desde antes de conocerla, pedía el comromiso.
Pero si no nos hemos visto ni una sola vez...

Lo lógico es vernos varias veces y después dejar que actúen los sentimientos, el amor.

Una vez más le suplicó que pusiera un día a su encuentro. Últimamente él ya sólo se dedicaba a suplicar esa fecha. Pero ella era dura.


Al final, él se cansó de esperar ni un solo día más. A mí me pareció bien.

P. FORTEA

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