miércoles, 2 de mayo de 2012

Estoy dispuesto a tomar diariamente la cruz, pero necesito de tu gracia


Señor, si la cruz es el medio para santificarme, te suplico me des la fuerza, paciencia y amor, para llevarla con alegría.

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Lucas 9, 22-25

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho, que sea rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que sea entregado a la muerte y que resucite al tercer día”.


Luego, dirigiéndose a la multitud, les dijo: “Si alguno quiere acompañarme, que no se busque a sí mismo, que tome su cruz cada día y me siga.


“Pues el que quiera conservar para sí mismo su vida, la perderá; pero el que la pierda por mi causa, ése la encontrará. En efecto, ¿de qué le sirve al hombre ganar todo el mundo, si se pierde a sí mismo o se destruye?”

Palabra del Señor.

ORACIÓN INTRODUCTORIA

Señor Jesús, yo quiero acompañarte, porque te amo y eres quien da sentido a mi vida, a mi diario quehacer, en el que estoy dispuesto a tomar diariamente la cruz, pero necesito de tu gracia, para que mi deseo se haga realidad.

Petición

Señor, si la cruz es el medio para santificarme, te suplico me des la fuerza, paciencia y amor, para llevarla con alegría.

MEDITACIÓN

Encontrar, acoger y seguir a Cristo.

«Hoy, marcados por el austero símbolo de la Ceniza, entramos en el tiempo de Cuaresma, comenzando un itinerario espiritual que nos prepara para celebrar dignamente los misterios pascuales. La ceniza bendita impuesta sobre nuestra cabeza es un signo que nos recuerda nuestra condición de criaturas, nos invita a la penitencia y a intensificar el compromiso de conversión para seguir cada vez más al Señor.

La Cuaresma es un camino, es acompañar a Jesús que sube a Jerusalén, lugar del cumplimiento de su misterio de pasión, muerte y resurrección; nos recuerda que la vida cristiana es un “camino” por recorrer, que no consiste tanto en una ley que debemos observar, sino en la persona misma de Cristo, a quien hemos de encontrar, acoger y seguir. De hecho Jesús nos dice: “Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga”. O sea, nos dice que para llegar con él a la luz y a la alegría de la resurrección, a la victoria de la vida, del amor, del bien, también nosotros debemos tomar la cruz de cada día» (Benedicto XVI, 9 de marzo de 2011).

Propósito

Dedicar algún momento de esta semana para reflexionar el mensaje del Papa para esta Cuaresma.

DIÁLOGO CON CRISTO

Hoy quiero agradecerte, Señor, la gracia de contar con la guía del Papa para vivir esta Cuaresma. «No tengáis miedo» ha sido una constante en su predicación porque bien conoce que nuestra constitución es de barro, somos débiles y rehuimos, lo más ingeniosamente posible, la cruz que se nos propone, olvidando que es el único camino para encontrar la paz y la felicidad. Por eso te ofrezco esforzarme por perderme a mí mismo, ponerme en segundo lugar, para aspirar a la vida eterna.

«Medita en Cristo paciente. En Él encontrarás la suprema victoria de la voluntad de Dios sobre el querer humano. Al Cristo del huerto de los olivos su sensibilidad le arrastraba a rehuir la cruz. Pero pudo más la voluntad de Dios»

(Cristo al centro, n. 2341).

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