Conté mis años y descubrí que tengo
menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora…
Me siento
como aquel chico que ganó un paquete de golosinas: las primeras las comió con
agrado, pero, cuando percibió que quedaban pocas, comenzó a saborearlas
profundamente…
Sin
muchas golosinas en el paquete, quiero saborear cada instante de mi vida...
Ponerle
freno a las cosas superfluas que alimentan solamente mi ego y vanidad...
Disfrutar
de lo sencillamente espectacular que significa valorar a la gente por lo que
es y no por lo que tiene…
Vivir la
alegría de dar sin esperar recibir y de compartir los maravillosos
dones que me confió Dios...
Valorar
las cosas simples de la vida sin envanecerme
con los triunfos…
Asumir responsabilidades,
actuando del lado de la verdad y la honradez y defendiendo la dignidad del
hombre con la sabiduría de saber tocar el corazón de las personas…
Valorar y
aprender de la gente a quien los golpes duros de la vida, le enseñó a crecer con
toques suaves en el alma…
Perdí
mucho tiempo para intentar recién darle este enfoque a mi vida...Es cierto… Pero, nunca es tarde para enmendar. Acaso la
madurez me dio la claridad para descubrir que todo esto es lo esencial y lo que
hace que la vida valga la pena…
Si… tengo
prisa… por vivir con la intensidad que solo la madurez puede dar…
Pretendo
no desperdiciar parte alguna de las golosinas que me quedan… Estoy seguro que
serán más exquisitas que las que hasta ahora he comido.
Mi meta
es vivir esta etapa de mi vida intensamente y llegar al final de mis días
satisfecho y en paz con mi prójimo, con mis seres queridos y con mi conciencia…
Mi meta
es vivir esta etapa de mi vida intensamente y llegar al final de mis días
satisfecho y en paz con mi prójimo, con mis seres queridos y con mi conciencia…
Ansío ver
a Dios, multiplicando los dones que él me confió...
Espero
que la tuya sea la misma, porque de cualquier manera llegarás…
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