Queridos hermanos, os refiero una anécdota, un hecho
sucedido ayer.
Un matrimonio (atendidos en Zulema) no soporta más la
acción del demonio, llaman a un hermano que en la distancia y por teléfono reza
con ellos: ora en leguas, lee la Biblia, etc.
El demonio se manifiesta por boca de la esposa, a la
que tiene además postrada en cama. En un exceso de celo y ganas, el hermano
laico en la distancia se dirige directamente al demonio (cosa que sabe que no
debe hacer), le ordena que salga en el nombre de Jesús. No sale. Le sugiere al
marido que le pregunte el nombre y cuantos hay. Dice que son legión, pero no
quiere decir el nombre. El diálogo es más o menos así:
- (ESPOSO) Por la sangre de Cristo, dime tu nombre.
- (DEMONIO) Nooo
- (ESPOSO) Dímelo en el nombre de Jesús.
- (DEMONIO) Tienes que ser sacerdote para hacérmelo
decir.
- (HERMANO EN LA DISTANCIA): somos sacerdotes,
profetas y reyes.
- (DEMONIO): sí, PERO EL SACERDOCIO COMÚN NO OBLIGA.
Los laicos nunca debemos entrar en diálogo directo con
los demonio, por virtud de Santa Obediencia. Sabiéndolo, es pecado mortal.
Para vuestra consideración, ¡que Dios os bendiga!
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