Ayer se cumplió un año de la carta que envió el Papa Benedicto XVI a los
seminaristas de toda la Iglesia, cuya introducción nos muestra quién fue el
joven Ratzinger:
"Queridos seminaristas:
En diciembre de 1944, cuando me llamaron al servicio militar, el comandante
de la compañía nos preguntó a cada uno qué queríamos ser en el futuro. Respondí
que quería ser sacerdote católico. El subteniente replicó: "Entonces
tiene usted que buscarse otra cosa. En la nueva Alemania ya no hay necesidad de
curas". Yo sabía que esta "nueva Alemania" estaba llegando a
su fin y, que después de las devastaciones tan enormes que aquella locura había
traído al país, habría más que nunca necesidad de sacerdotes... "
Joseph Ratzinger, a sus 16 años, tuvo que responder al llamado del servicio
militar en el contexto de una guerra mundial iniciada por Alemania, pero que ya
iba perdiéndola. Él y todos los seminaristas, habían sido afiliados a las
Juventudes Hitlerianas desde hacía dos años, muy a pesar de ellos mismos y de
sus obispos, que ya no pudieron más negarse a dicha afiliación de sus jóvenes.
Pero, la respuesta del joven Ratzinger al comandante de la compañía: "Quiero
ser sacerdote", nos indica claramente qué había en el alma de este
joven: amor a Dios y a los hombres; no el desprecio que los nazis sentían y
mostraban por los demás en la creencia de su supuesta supremacía racial.
Sin embargo, no faltan quienes con evidente mala intención quieren hacer
creer a la gente que el joven Ratzinger fue un nazi convicto y confeso. Y lo
penoso es que, con ese veneno afectan a personas sencillas que, no
acostumbradas a la investigación y a la reflexión, dan por sentado lo
escuchado; o, al menos, se sienten desilusionados del Santo Padre por la
posibilidad de que esto pueda ser cierto, de que haya habido un pasado oscuro
en la vida de nuestro Papa Benedicto XVI. En realidad, no hay nada oscuro, todo
está claro: un joven que desea ser sacerdote y que llamado al servicio militar
de su patria acude porque no tiene otra posibilidad de elección, al igual que
muchos jóvenes alemanes que vivieron esa misma situación y que después de la
guerra fueron quienes reconstruyeron Alemania.
Presencia
Católica alcanza a sus lectores esta
información, a fin de que sea la verdad la que prevalezca y no la mentira
dicha, evidentemente, con mala intención.
No es justificacle la frase "quiero ser sacerdote" para obviar el tema de que este hombre estuvo en las juventudes hitlerianas. Amo a dios pero me llaman a filas y me pongo a matar como cualquier otro católico o no. Este hombre fué a la guerra y perteneció a un grupo nazi con frase o sin frase. Y siempre hay una opción y diferentes elecionea. Puedes desertar y que te metan en la carcel por negarte a cumplir tu obligación para con la patria.
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