miércoles, 23 de mayo de 2012

CARTA AL PADRE FORTEA Y RESPUESTA


Padre, le mando un saludo muy muy afectuoso.

Mire, soy de México, me llamo X, siento el llamado de Dios, desde pequeño sentí el llamado, pero pues me daba miedo, a no ser lo suficientemente digno, o algo por el estilo, aparte de que en estos momentos estudio la universidad en la carrera de actuaría, pero acabo de terminar (…) ahora, estoy rezando para que el señor me envié la respuesta del discernir si quiere que lo siga. Pero mi duda es en donde puedo meterme al seminario para ser exorcista como usted. Soy de México no sé si se pueda aquí en México hacer eso o me tenga que ir a Italia para prepararme en dicho tema y para seguir a cristo. Padre, de antemano le agradezco mucho de su tiempo, espero no haberle molestado.

Un saludo afectuoso desde México.

Estimado X:

Cuando uno siente la duda vocacional, debe salir de ella. Lo que es una tortura, es mantener esa duda en tu seno un día y otro. Así que cuando la duda, grande o pequeña, se ha instalado en nosotros durante al menos un mes, uno debe salir de ella.

¿Cómo salir de ella? No se sale de ella, dándole vueltas y más vueltas a la cabeza. Sino entrando en un seminario. Si uno tiene duda de si hacerse monje, lo mejor es pasar unos días en un monasterio. Si uno tiene dudas de si hacerse misionero, lo mejor es irse a las misiones durante el mes de vacaciones del trabajo. Si uno tiene duda de si hacerse sacerdote, habla con alguien del seminario y pasa allí un curso. Es en el lugar donde uno sale de la duda, no reflexionando y reflexionando, y valorando pros y contras, ni esperando una iluminación del Cielo o un mensaje de un ángel. Si un ángel se apareciera, no sabríamos si ha sido nuestra imaginación. Pero en el seminario sí que se sabe si uno quiere ser sacerdote toda la vida.

En un curso del seminario verás claro. A veces ver claro es que no, que uno no está llamado. Otras veces, una vez dentro, se ve con total claridad que sí, que uno sobre todas las cosas uno quiere ser sacerdote, y eso recibe la confirmación de los formadores del seminario.

Así que mi consejo es ése: habla con un formador del seminario de tu diócesis para pasar un año allí. Uno no entra en el seminario para con total y absoluta seguridad ser sacerdote. Uno entra para discernir su vocación. Insisto, uno entra al seminario no para ser sacerdote, sino para discernir si uno va a ser sacerdote.

Respecto a lo de ser exorcista. Uno se hace sacerdote diocesano para ser pastor, pastor de una parroquia. Lo otro, ser exorcista, será el obispo el que lo decidirá. Pero uno se hace sacerdote para ser pastor, sin poder exigir otra cosa. Si lo otro viene, será voluntad de Dios. Si no viene, desde el principio uno tiene que tener claro que no se puede exigir. Sería erróneo hacerse sacerdote para ser exorcista, como sería erróneo hacerse sacerdote para ser profesor del seminario. Uno se hace sacerdote para ser pastor, para atender a las almas de un modo general (predicaciones, visita a enfermos, confesión, atención de apostolados, incluso del despacho, es decir, todo lo que tiene que ver con la parroquia) después será el obispo el que puede pedir una vocación más concreta.

Un fuerte abrazo

P. Fortea

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