"Toda
vida cristiana está destinada a ser al mismo tiempo profundamente contemplativa
y rica en trabajo activo. Es cierto que somos llamados a crear un mundo mejor. Pero
ante todo somos llamados a una tarea más inmediata y ensalzada: la de crear
nuestras propias vidas. Al hacerlo, actuamos como colaboradores de Dios.
Ocupamos nuestro lugar en la gran obra de la humanidad, ya que, en efecto, la
creación de nuestro propio destino en Dios es imposible en un estado de
completo aislamiento. Cada uno de nosotros labra su propio destino
inseparablemente unido a todas las demás personas con quienes Dios ha querido
que vivamos. Compartimos unos con otros la obra creadora de vivir en el mundo.
Y por medio de nuestra lucha con la realidad material, con la naturaleza, nos
ayudamos unos a otros a crear al mismo tiempo nuestro destino y un mundo nuevo
para nuestros descendientes."
(Thomas Merton)
No hay comentarios:
Publicar un comentario