23 de Abril
El Papa Benedicto XVI denunció
algunos peligros en el turismo y pidió a la comunidad internacional combatir el
turismo sexual, la trata de personas con este fin o para trasplantes de
órganos, y la explotación de menores.
Así lo indicó el Santo Padre en un
mensaje dado a conocer hoy con motivo del 7º Congreso Mundial de Pastoral del
Turismo que comienza este lunes en la ciudad mexicana de Cancún.
El Papa dijo que el turismo,
"como toda realidad humana, no está exento de peligros ni elementos
negativos. Se trata de males que hay que afrontar urgentemente, ya que
conculcan los derechos y la dignidad de millones de hombres y mujeres,
especialmente de los pobres, los menores y los discapacitados".
"El turismo sexual es una de
las formas más abyectas de estas desviaciones que devastan, desde el punto de
vista moral, psicológico y sanitario, la vida de las personas, de tantas
familias y, a veces, de comunidades enteras", denunció.
En el texto el Papa indicó que
"la trata de seres humanos por motivos sexuales o para trasplantes de
órganos, así como la explotación de menores, su abandono en manos de personas
sin escrúpulos, el abuso, la tortura, se producen tristemente en muchos
contextos turísticos".
"Todo esto ha de inducir a
aquellos que se dedican pastoralmente o por motivos de trabajo al mundo del
turismo, y a toda la comunidad internacional, a aumentar la vigilancia, a
prevenir y contrastar estas aberraciones", exhortó.
En el mensaje, el Santo Padre
recordó que si bien existen estos peligros, el turismo debe ser siempre
"iluminado y transformado por la Palabra de Dios. Desde esta convicción,
la Iglesia, con su solicitud pastoral, y siendo consciente del importante
influjo que este fenómeno tiene sobre el ser humano, lo acompaña desde sus
primeros pasos, alienta y promueve sus potencialidades, al mismo tiempo que
señala y trabaja por corregir sus riesgos y desviaciones".
"El turismo – continuó – junto
con las vacaciones y el tiempo libre, aparece como un espacio privilegiado para
la restauración física y espiritual, posibilita el encuentro de quienes
pertenecen a culturas diversas, y es ocasión de acercamiento a la naturaleza,
favoreciendo por todo ello la escucha y la contemplación, la tolerancia y la
paz, el diálogo y la armonía en medio de la diversidad".
Benedicto XVI dijo luego que
"el viaje es manifestación de nuestro ser homo viator, al mismo tiempo que
refleja ese otro itinerario, más profundo y significativo, que estamos llamados
a recorrer: el que nos conduce al encuentro con Dios".
"La posibilidad que nos brindan
los viajes de admirar la belleza de los pueblos, de las culturas y de la
naturaleza, nos puede conducir a Dios, favoreciendo la experiencia de fe, ‘pues
por la grandeza y hermosura de las criaturas se llega por analogía a contemplar
a su creador’".
Tras exhortar a que el Congreso
permita avanzar hacia un "turismo distinto" que tenga en cuenta estas
recomendaciones, el Papa resaltó tres ámbitos en los que la pastoral de esta
actividad humana debe centrarse.
"En primer lugar, iluminar este
fenómeno con la doctrina social de la Iglesia, promoviendo una cultura del
turismo ético y responsable, de modo que llegue a ser respetuoso con la
dignidad de las personas y de los pueblos, accesible a todos, justo, sostenible
y ecológico".
El disfrute del tiempo libre y las
vacaciones periódicas, prosiguió Benedicto XVI, "son una oportunidad, así
como un derecho. La Iglesia desea seguir ofreciendo su sincera colaboración,
desde el ámbito que le es propio, para hacer que este derecho sea una realidad
para todos los seres humanos, especialmente para los colectivos más
desfavorecidos".
En segundo lugar, dijo luego,
"la acción pastoral nunca debe olvidar la via pulchritudinis, la ‘vía de
la belleza’. Muchas de las manifestaciones del patrimonio histórico-cultural
religioso ‘son auténticos caminos hacia Dios, la Belleza suprema; más aún, son
una ayuda para crecer en la relación con él, en la oración. Se trata de las
obras que nacen de la fe y que expresan la fe’".
Es importante, continuó,
"cuidar la acogida y organizar las visitas turísticas siempre desde el
respeto al lugar sagrado y a la función litúrgica para la que nacieron muchas
de estas obras y que sigue siendo su destino primordial".
En tercer lugar, escribió Benedicto
XVI, "la pastoral del turismo ha de acompañar a los cristianos en el
disfrute de sus vacaciones y tiempo libre, de modo que sean de provecho para su
crecimiento humano y espiritual".
"Éste es ciertamente ‘un tiempo
oportuno para que el cuerpo se relaje y también para alimentar el espíritu con
tiempos más largos de oración y de meditación, para crecer en la relación
personal con Cristo y conformarse cada vez más a sus enseñanzas’".
El Papa Benedicto XVI recordó que
"la nueva evangelización, a la que todos estamos convocados, nos exige
tener presente y aprovechar las numerosas ocasiones que el fenómeno del turismo
nos ofrece para presentar a Cristo como respuesta suprema a los interrogantes
del hombre de hoy".
"Exhorto pues a que la pastoral
del turismo forme parte, con pleno derecho, de la pastoral orgánica y ordinaria
de la Iglesia, de modo que coordinando los proyectos y esfuerzos, respondamos
con mayor fidelidad al mandato misionero del Señor", concluyó.
El mensaje del Papa está dirigido al
Cardenal Antonio María Veglió, Presidente del Pontificio Consejo para la
Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes; y al Obispo-Prelado de
Cancún-Chetumal, Mons. Pedro Pablo Elizondo Cárdenas.
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aciprensa.com
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