Entro en diálogo con un joven que me pregunta sobre los primeros capítulos de la Biblia.
Pregunta: Me dice la ciencia que se formó el mundo con la explosión del Big Bang; por el contrario, la Biblia dice que lo creó Dios en seis días. ¿Quién tiene razón?
Respuesta: ¿Te hago otra pregunta? ¿quién tiene razón, las matemáticas o la música? Supongo que me dirás que se trata de cosas completamente distintas. ¿No?
Pregunta: Sí, claro, no se pueden comparar.
Respuesta: Lo mismo pasa con la ciencia y la religión. La ciencia comprueba una serie de hechos y va sacando sus conclusiones; la religión nos invita a una relación personal con Dios. No tiene que ver nada una cosa con otra siempre que no se quieran solucionar los problemas de la ciencia con verdades religiosas, ni que se quieran solucionar las cuestiones religiosas con experimentos
científicos. Ciencia y religión tienen su propio campo de competencia y no deben interferirse.
Pregunta: Es cierto, pero ciencia y religión hablan de lo mismo, de cómo se ha formado el mundo. Además dice cosas que parecen pueriles: que Dios creó el mundo en 6 días, el orden en que se va realizando la creación: luz antes que el sol; tarde y mañana antes del día cuarto en que aparece el sol; las plantas son creadas antes que el sol y sabemos que el sol es necesario para la vida de las
plantas; el hombre es formado del barro cuando hoy dice la ciencia que viene de la evolución de las especies; la mujer es creada de una costilla del hombre... ¿qué quiere decir todo eso? ¿son fábulas? Porque la ciencia dice otra cosa.
Respuesta: Voy a darte una respuesta general válida para todos estos casos que propones y para otros muchos. Y es que lo mismo cuando hablamos que cuando escribimos, hay que distinguir entre «lo que se dice» y «la manera de decirlo». Te lo voy a explicar con un ejemplo: Yo quiero enseñar a los niños que el bien que hacemos a los pobres, se lo hacemos a Jesús. Y lo explico de la siguiente manera: «una vez había un niño que se iba comiendo su merienda. Se encuentra con
un pobre que le pide un poco de pan porque lleva ya unos días sin comer. El niño, después de pensárselo un poco, le da toda la merienda. Y al irse a casa, se vuelve y ve que el pobre se ha transformado en Jesús quien le dice: “Muy bien, pequeño, lo que hagas a cualquier pobre me lo haces a mí”. Hasta aquí el ejemplo, «Lo que he querido decir» es que cuanto hacemos con los
pobres lo hacemos con Jesús. Para que los niños lo entendieran, he empleado «una manera de decir» que no hay que tomarla al pie de la letra, sino que hay que entenderla sólo en cuanto que me ha servido de vehículo para expresar «lo que quería decir». Me he servido de un ejemplo o de una comparación como Jesús se sirvió también de las parábolas. Del misma modo, en la Biblia hay que distinguir entre «la manera» de decir y «lo que» se quiere decir. La Biblia no quiere enseñar ciencia sino religión. Y usa el lenguaje normal en que se expresa la gente. También ahora decimos que sale el sol, y el sol ni sale ni se pone; y que llueve a cántaros y no se ven los cántaros por ninguna parte. Y si tenemos en cuenta que en la Biblia hay libros poéticos, fíjate la que se organizaría si se tomasen al pie de la letra las cosas que se dicen en poesía, como que llueven estrellas o que sonríe el amanecer, o que se enfurece el mar, o que está triste el día... ¿Qué te parece si Moisés, al describir la creación hubiese dicho algo así: Hace millones de años Dios provocó una gran explosión nuclear, el Big Bang... y que la tierra era una esfera que giraba alrededor del sol, que era más de un millón de veces mayor que la tierra y que había muchísimas estrellas que eran millones de veces mayores que el sol... y que los átomos y la microbiología... pues ya te puedes imaginar la reacción; hubiesen dicho que estaba loco, pero de remate. Lo único que quiere decir con toda esa serie de descripciones y relatos de la creación, es que Dios ha creado todas las cosas y que no hay otros dioses que fueran creando cada uno sus cosas. Y que, por tanto, había que adorar a Dios como al único Dios.
Pregunta: Y ¿por qué la biblia dice que Dios creó el mundo en seis días y no en seis años
o en seis siglos?
Respuesta: Insisto en la misma respuesta anterior: Que Dios en la biblia quiere darnos un
mensaje religioso y nos dice que el séptimo día descansó; como queriendo decir: vosotros descansaréis el sábado, día dedicado a dar culto a Dios. Lo que sí es cierto es que hay que estudiar a fondo la Biblia como cualquier otro libro, sobre todo si es antiguo, para conocer el modo de escribir de entonces y saber distinguir correctamente entre lo que se quiere decir y la manera de decirlo. La manera de decir las cosas en un libro de historia y en un libro de poesía no es la misma, aunque se quiera decir lo mismo. ¿No te parece que lo que nos iría muy bien sería estudiar un poco más a fondo la Biblia para captar mejor su mensaje religioso? sería muy conveniente asistir a algunos cursos sobre la Biblia, leer algo que pueda ayudar a comprenderla, leer sobre todo, el Evangelio: leerlo y meditarlo.
José Gea
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