Como dice F.J. Contreras en “Nueva izquierda y cristianismo”-, defender hoy la vida del no nacido, la familia tradicional y la religión, cuestionar la permisividad sexual, etc. se considera como la expresión máxima de la trasgresión y la heterodoxia.
Parece que hay que avergonzarse de defender ciertas ideas, o practicar determinados actos de culto, considerados tradicionales. Manifestarlo puede causar risa y mofa. Y en algunos casos pueden ser obstáculo para acceder a determinados puestos. Esto hace que muchos que prácticamente viven una vida tradicional, diríamos normal, no se atrevan en público a defender sus criterios, incluso públicamente le ríen la gracia a los que opinan lo contrario de lo que
ellos piensan, para no desentonar, o por pura conveniencia. Hay separación entre la praxis y la teoría. Aunque al final se puede terminar actuando como los demás por simple mimetismo.
Lo positivo de todo este panorama es que se está dando un resurgir de personas, asociaciones y
movimientos defensores de los valores permanentes, que no son “retrógrados”, como no es retrógrada la consideración de la dignidad de la persona humana, sino tremendamente progresistas. Me ha gustado oír del Ministro Gallardón que lo más progresista que ha hecho en su vida es defender el derecho a la vida de todo ser humano. Ya era hora que empezáramos a oír afirmaciones tan valientes.
Hay un dato constatable, y es que las iglesias, los grupos o movimientos religiosos permisivos, que se han apuntado al llamado progresismo, se están quedan sin seguidores, sin fieles
(Cfr. “Nueva izquierda y cristianismo”, Págs. 33-34), aunque esos pocos hagan mucho ruido porque cuentan con la complicidad de los medios de comunicación.
Los partidos llamados de izquierdas, han abandonado el socialismo clásico para centrar todas sus fuerzas en la revolución sexual, en el llamado “sesentayochismo”, mientras algunos siguen sin enterarse, o mirando hacia otro lado. Como afirma F.J. Contreras, el centro de gravedad de la lucha ideológica ya no está en lo económico, sino en lo moral y cultural. Así comprendemos que el zapaterismo, en la cresta de la ola de la crisis, no renunciara a subvencionar proyectos en sí ridículos pero en línea con sus esquemas mentales. El programa se pone por encima de las
personas. Se gasta lo que haga falta en esos proyectos llamados progres – generalmente ridículos -, aunque nos arruinemos, y los parados se mueran de hambre. Ha sido más importante la llamada “Alianza de las civilizaciones” que las mismas civilizaciones, la crisis económica, la defensa de la vida, etc... Y para muchos pensadores y escritores, es inconcebible que los que se llaman de derechas no se hayan enterado, o finja no enterarse. Defender contra corrientes
ciertos principios no está de moda, no “vende”.
Como recoge el mismo autor del trabajo que venimos citando, Max Horkheimer – de vuelta de una concepción marxista y revolucionaria -, llega a afirmar: “El amor hunde sus raíces en
el anhelo, el anhelo de la persona amada... Si se elimina el tabú de lo sexual, cae la barrera que produce constantemente el anhelo; a partir de ahí, el amor pierde su base... La píldora anticonceptiva convierte a Romeo y Julieta en una pieza de museo... Julieta diría a su amado que la dejara ir rápidamente a por la píldora, y que en seguida volvería con él”.
Y Janne Haaland Matlary dice: “Esta época está sexualizada hasta tal punto que se priva a los niños de la inocencia introduciéndoles demasiado pronto en la sexualidad, y los adultos son casi anormales si siguen casados con la misma persona durante toda la vida”. Con estos materiales, la construcción, o mejor, la deconstrucción de los baluartes hasta ahora intocables viene por sí sola. Y siempre la enemiga a abatir es la Iglesia, que no cede en los principios y valores permanentes,
aunque vea disminuidas sus filas. Los permisivistas que se van tal vez no estaban en su sitio.
El “neofeminismo” a quien más perjudica es a las mujeres. Eugenia Rocella lo dice de esta manera: “Siguiendo el espejismo de la negación de la maternidad, se niega la fuerza autónoma de
las mujeres, que seguirán siendo siempre (para esa corriente), machos fallidos,
una versión coja e imperfecta del modelo masculino” (En o.c. Págs. 38 y 47).
Con todo ello se pierde el concepto de paternidad y maternidad. Solo queda el amor libre, la sexualidad liberada de normas éticas, deshumanizada. El hombre es “domesticado por la
mujer”. En este sentido son muy reveladoras las palabras de la feminista Amelia Valcárcel: “Si no los podemos hacer (a los hombres) tan buenos, hagámonos nosotras malas: no exijamos castidad, sino perdámosla; no impongamos la dulzura, hagámonos brutales; no atesoremos naturaleza, sino destruyamos con el furor del converso” (“El derecho al mal” 1991, pp. 164-165, citada en “Nueva izquierda y cristianismo” , p. 48).
Más claro no se puede decir lo que se pretende con la revolución sexual. Y esto está presente en cierta cultura imperante, o contracultura. No podemos quedarnos con los brazos cruzados o reírles la gracia, que no la tiene.
Desde esos presupuestos hemos de ayudar a las parejas que se acercan a la Iglesia solicitando el matrimonio. Hay que intentar desmontar el edificio que les han construido las ideologías de género, las de la revolución sexual, y con paciencia levantar desde los cimientos el nuevo edificio, en esas parejas que buscan el matrimonio canónico, de acuerdo con el Evangelio y la Doctrina de la Iglesia. Hay que construir, pero antes hay que preparar el terreno si no queremos levantar “una casa sobre arena” que, como dice Jesucristo, se vendrá abajo con el primer vendaval que sople contra ella.
Juan García Inza
basicamente la guerra,el conflicto que tenemos nosostros las personas,los ciudadanos,los civiles,la gente del comun,y hasta policias y gente que ocupa cargos importantes en el gobierno y todos en contra de la iglesia es que consideran al sexo como un "pecado" cosa que a mi modo de ver es ofensivo,insultante por parte de la iglasia hacia los fieles y personas,ustedes mejor que nadie deben saber que el sexo es un instinto innato muy arraigado en el hombre y la mujer y el privar,cohibir o prohibir a ellos del sexo es como si estuvieran muertos en vida,yo soy catolico pero no comparto,ni compartire nunca la posicion de la iglesia respecto al sexo,el sexo es lo mas rico y maravilloso que ha podido pasar en la vida de las personas,prescidir de este no solo lastimaria nuestro orgullo,es curioso ver que todo lo emocionante y sabroso para el hombre se le prohiba como por ejemplo:el porte de armas,tener sexo,rumbear etc...,si vivimos en este tipo de sociedad sexualizada es en gran medida porque nosotros lo queremos asi,es comprensible y logico y entiendo que me prohiban portar armas,pero que me prohiban tener sexo y que ademas de eso lo etiqueten como pecado,como algo impuro es el colmo,no lo acepto,ademas si nos abstenemos del sexo,no habra futuro,ni descendencia,no habran hijos,una vez yo tuve la loca y absurda y estupida idea de seguir la vida secardotal,pero cuando me entere,que el requisito indispensable para este era privarse del sexo,me horrorice,me asuste y desisti de este proposito,me arrepenti,comprendi que lo mejor para mi es llevar una vida soltera,desde esto tengo conflictos con la iglesia y me da rabia que hablen mal del sexo y lo hagan pasar como algo malo,me senti como un idiota en aquel entonces,una vida sin sexo es aburrida,frustrante,lo peor,porque a pesar de todo yo soy un hombre,tengo mi orgullo y mi corazoncito,tambien no conozco al primero que no le guste tener sexo,tal vez es por esto que la demanda de sacerdotes esta muy,pero muy reducida,cada vez que hablan del sexo como un pecado,es un dardo,una puñalada que yo siento en el alma,es como un balazo directo a mi corazon,quedo con malestar,indispuesto,a muchos les sucede esto,para mi y para muchos es muy importante el sexo,mucho,pero tambien puedo ver que ni los sacerdotes estan exentos de esto,los casos recientes de pederastia en todo el mundo es para ponerse a pensar,yo digo algo si les gustaba tener sexo,disfrutar de esto tan bello porque escojieron la vida religiosa ahhh,ademas me parece asqueroso que escojan niños para sus relaciones,¿es que acaso una mujer no les sirve,no es mejor una mujer? yo pienso que si,yo tuve la oportunidad de arrepentirme a tiempo,estaba apunto de cometer una estupidez,a todos nos gusta el sexo,esto es una realidad que nadie cambiara,todos en algun momento de la vida soñamos con el sexo,ustedes lo ven malo porque su condicion de clero se los exige a si,pero la gente del comun no tenemos nada que ver con sus ideologias y doctrinas,eso es todo.
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