jueves, 16 de febrero de 2012

PORNOGRAFÍA


Los que se dedican al negocio de la pornografía llevan demasiado tiempo disfrutando de su negocio en paz.
Se han acostumbrado a que nadie clame abiertamente en los medios de comunicación
advirtiendo a la sociedad acerca del mal que están haciendo.

El Estado interviene para prohibir, o al menos poner trabas, a todo aquello que hace daño a la comunidad humana. El Estado lleva haciendo esta función desde el comienzo de su existencia.
Todo el mundo entiende que las leyes prohíban que alguien venda droga, o que alguien
contamine los ríos, o que alguien denigre el honor de otras personas.

El Estado debería prohibir la pornografía, pero sabemos muy bien que no lo va a hacer. Así que los ciudadanos sólo contamos con nuestras fuerzas para advertir a los demás del perjuicio que esta realidad supone. Contamos con nuestras fuerzas individuales y unidas, y sobre todo con
la ayuda de Dios.

Se supone que no podemos luchar contra lo imposible de evitar, ésa ha sido la razón de la inactividad de los cristianos contra esta lacra. Hace unas décadas, cuando comenzó, se hubiera podido detener completamente, ahora sólo podemos advertir.

Puntos de meditación.

Como hoy día la gente que navega por Internet no tiene tiempo para largos razonamientos vamos a exponer una serie de puntos para la meditación: La pornografía es contraria a la dignidad humana.

-es mala para los seres humanos que aparecen en ella.
-es mala para el que la ve
-es mala para el empresario que gana su dinero de esa forma
-es mala para la sociedad

La pornografía va camino de convertirse en una plaga. No hay un final del túnel, no tocaremos fondo.

La pornografía destruye la relación con Dios, destruye la familia, los sagrados vínculos de la familia son destruidos por la seducción de esas imágenes.

Es causa de terribles aberraciones porque el pobre ser humano atrapado en sus garras siempre necesita más cantidad, nuevas experiencias, cada vez más pervertidas.

La pornografía esclaviza. Esclaviza a unos seres humanos sobre otros, esclaviza a las sociedades.
En la pornografía ya no vemos a un ser humano, vemos un trozo de carne.

Ya no somos hijos de Dios, sino animales. La pornografía hace de nosotros animales.

El sexo dentro del matrimonio es una cosa totalmente distinta. La castidad hace de nosotros ángeles. Abrazar la castidad es como la decisión de dejar de fumar, o se decide dejarlo del todo o no. Pero si no se deja siempre se necesita más. Hay una espiral descendente, cada vez más, cada
vez más pervertida. Es necesario advertir a la sociedad porque la cosa va a empeorar. Mucha gente es débil pero en el fondo de sus corazones saben que esto es verdad. Lo malo es que mucha gente ya ni siquiera ve la verdad.

Algunos burlonamente nos pueden preguntar:
¿Lo que nos está diciendo es que usted tiene la verdad y que nosotros estamos equivocados?
Hay que responderles:
Sí, exactamente, exactamente eso.

Para mí, como sacerdote, lo terrible, lo que nunca hubiera imaginado ha sido el encontrar a padres de familia con hijos que abandonaron su familia porque la pornografía les llevó a experimentar más y más cosas, cayendo finalmente en la homosexualidad.

La pornografía está contaminando a muchos cristianos. Muchos cristianos no se animan a hablar contra la pornografía en los medios de comunicación porque consideran que es algo que tiene que ver con la libertad humana. Cuando la pornografía lo que hace es quitar esa libertad. La sociedad menos libre acabará siendo la más pervertida. A nadie le queremos quitar la libertad, pero el Estado es el que decide qué se puede vender y qué no se puede vender. Del mismo modo que no se permite atentar contra el honor de alguien, hay que entender que la pornografía atenta contra la dignidad del ser humano que aparece en esas fotos o películas. Nadie debería aceptar dinero por hacer ese trabajo, no es un trabajo.

Algunas enfermedades venéreas son de apariencia tan horrible para mostrar lo mucho que nos debemos alejar de ese pecado. Mucha gente piensa: hoy día todo se cura. Están muy equivocados: la gonorrea, el herpes, el molusco contagioso y por supuesto el sida no se curan. La misma sífilis en determinados grados es actualmente incurable y terrible en su acción
sobre los órganos y el cerebro.

Hay que advertir a nuestros conciudadanos de la otra cara de la historia. Ni siquiera saben que existe otra cara de la historia Salvad a la gente del infierno. Salvad sus almas. El pecado lleva al infierno.

Dios os puede sacar de esto. Dios os puede restaurar.
Blog del P. Fortea

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