-“Uno de los errores que cometemos - comentó el Anacoreta mientras lavaban los platos tras la cena - es ocultar nuestra debilidad. La Iglesia, los sacerdotes, los religiosos debíamos presentarnos modelos de perfección ante los demás y ocultábamos todo lo que podía sugerir imperfección...”
Calló un momento mientras aclaraba los platos y luego prosiguió:
-“Hemos perdido así la ocasión de sentirnos perdonados. Hemos olvidado que Dios se manifiesta en la debilidad. Lo normal es que la Iglesia sea pecadora. Todos somos pecadores. Ocultando nuestras faltas impedimos que sobreabunde la Gracia. No pedimos perdón y no podemos ser perdonados. La bondad de una familia no se mide por la ausencia de discusiones, sino por la capacidad de reconciliarse cada vez, de perdonarse mutuamente”
-“Hemos perdido así la ocasión de sentirnos perdonados. Hemos olvidado que Dios se manifiesta en la debilidad. Lo normal es que la Iglesia sea pecadora. Todos somos pecadores. Ocultando nuestras faltas impedimos que sobreabunde la Gracia. No pedimos perdón y no podemos ser perdonados. La bondad de una familia no se mide por la ausencia de discusiones, sino por la capacidad de reconciliarse cada vez, de perdonarse mutuamente”
Miró a su joven seguidor y concluyó:
-“Aceptarnos débiles nos hace más grandes...”
Y se pusieron a secar los cubiertos...
-“Aceptarnos débiles nos hace más grandes...”
Y se pusieron a secar los cubiertos...
Joan Josep Tamburini
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